Las bases de Podemos en Aragón participaron ayer en un numeroso acto en la sede de Zaragoza para conocer las dos candidaturas que optarán a la asamblea ciudadana (una liderada por Pablo Iglesias y otra por Fernando Barredo, aunque sin opciones reales) del próximo 21 de marzo. El coloquio sirvió para evidenciar las dudas que entre los simpatizantes ha provocado la propuesta de eliminar la limitación salarial de los dirigentes. Sin embargo, según precisó el secretario de organización en la comunidad, Carlos Arroyos, se ha visto como algo «sacado de contexto» y limitan el revuelo a los titulares de los periódicos.

De cara al funcionamiento interno también preocupa entre las bases cómo afectará la nueva etapa a los círculos provinciales y comarcales, pues se ha anunciado una reorganización de los mismos. «Nuestro objetivo es resolver todas las dudas posibles antes de la celebración de la asamblea», destacan.

Por parte del sector crítico de la formación en la comunidad, la llegada de la nueva asamblea ciudadana se ve como una posibilidad de «permear» la formación. Así, consideran que si finalmente revalida Iglesias su posición al frente de la agrupación se pueda rehacer el equipo técnico que ha tomado las riendas de Podemos en Aragón. «Está claro que no tiene pluralidad», expresó la diputadas Itxaso Cabrera. Junto a Erika Sanz han reclamado en diferentes foros «una formación más abierta e integradora» que podría ser una realidad en la siguiente etapa.

Sin embargo, a la hora de valorar lo que se conoce de los documentos organizativos se muestra cauta. «Nos falta información», indica. En todo caso, destaca que la celebración de la asamblea será «una forma de debate» en la que se tendrá que primar la defensa de las política sociales. Y destaca que Aragón puede aportar su experiencia en el ámbito del feminismo, pues se está desarrollando «una labor potente» al frente del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM).