Los trabajos de restauración de la torre norte de la colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, realizada en dos fases, se han dado por finalizados tras una inversión superior a los 90.000 euros.

En la primera fase se actuó en la parte superior y exterior de la torre, a lo que se destinaron 65.617 euros financiados al 50 % por la Diputación Provincial de Zaragoza, el 20 % por la Diócesis de Tarazona y otro tanto por parte del Ayuntamiento de Calatayud a través del Plan de Restauración de Bienes Inmuebles de Titularidad Eclesiástica.

Con la finalidad de concluir el proyecto, el Ayuntamiento de Calatayud destinó otra partida que rondó los 29.000 euros de fondos propios, han informado fuentes municipales en una nota de prensa.

Los trabajos han sido realizados por la empresa Amado Terrén, que comenzó la restauración de elementos deteriorados de la torre en el mes de noviembre.

La redacción del proyecto de restauración de la torre norte fue realizada por el arquitecto Ángel Luis Muñoz y las actuaciones han comprendido la restauración de pináculos, instalación de pararrayos y otros elementos de remate.

Asimismo se ha llevado a cabo el rejuntado y la restauración de la linterna del cuerpo octogonal, para continuar con la sustitución de elementos deteriorados por otras piezas similares, la colocación de una escalera de caracol, la retirada de maderos que sostenían las campanas y la instalación de mayas antipalomas.

En febrero de 2016 concluyó la restauración de la torre sur del citado templo, con inversiones procedentes de Diputación Provincial, Ayuntamiento de Calatayud y la Obra Social IberCaja por valor total de 100.000 euros.

En la primera fase se destinaron 30.000 euros a unas obras de urgencia, debido al estado que presentaban algunos elementos de la torre.

Posteriormente se actuó en los cuerpos superiores y se procedió al cambio de las cubiertas de pizarra, a la restauración de pináculos, las sustitución de pararrayos, de agujas de remate y la restauración del cuerpo de ladrillo.

En la tercera fase se restauró la zona octogonal, que presentaba numerosas grietas y que requirió la construcción de dos forjados en el cuerpo de campanas y en el cuerpo octogonal superior.

El proyecto finalizó con la instalación de una escalera de caracol para dar acceso a la parte más alta de la torre, la restauración de la totalidad del cuerpo de ladrillo, la limpieza y la consolidación de cornisas de piedra y zócalos.