Las fincas para bodas que el pasado mes de febrero fueron declaradas ilegales por parte del Ayuntamiento de Zaragoza buscan estos días un acuerdo para intentar regularizarse. Representantes de todas ellas, agrupadas ahora, se han dirigido al consistorio para trasladar una propuesta técnica que permita modificar el Plan general de Ordenación Urbana (PGOU) y así recibir el visto bueno de Urbanismo para proseguir con su actividad más allá del 1 de noviembre. Esta fue la fecha límite que fijó el ayuntamiento para una moratoria en la aplicación de su orden de cierre. Entonces, hace ocho meses, se tomó para no perjudicar a las parejas que tuvieran contratada su boda con estas fincas pero ahora toca legalizarlas o prohibir tal actividad. Y es el Gobierno de zaragoza en Común (ZeC) quien debe propiciar la votación y el debate.

Los representantes de estas fincas con los que intentó contactar este periódico rehusaron hacer declaraciones al respecto. Desde el ayuntamiento, tampoco se quieren hacer valoraciones de una iniciativa que se está estudiando en Urbanismo. Porque los representantes de estas fincas han contactado con técnicos municipales para explorar un posible acuerdo que les ponga a salvo. En líneas generales, lo que se ofrece es una excepción a la norma para aquellas instalaciones en las que la actividad de restauración sea autorizada de forma puntual, o provisional, para las contadas veces al año que se celebran ceremonias. Una modificación que, además, se aplique únicamente a sus suelos, no como norma general. Y para ello están todos a una, ya que los abogados de todas ellas están remando a la vez en la misma dirección a un mes de finalizar el plazo.

Sin embargo, el mayor escollo no está tan relacionado con la estructura fija que tienen instalada, sino con la actividad que en ella se realiza, que es precisamente la que no va a cambiar, porque para ello quieren tal modificación del PGOU. Y es eso, el uso de restauración y para eventos lo que está estrictamente prohibido por la norma que rige el uso del suelo, porque esos terrenos cuentan con una especial protección que impide albergar esa utilización. Posiciones todavía alejadas para evitar el cierre.