El fiscal del Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza pidió ayer que cinco jóvenes de etnia gitana que comparecieron acusados de provocar unos graves incidentes en un discobar de la localidad en junio del año pasado se mantengan alejados del dueño del establecimiento y de su local durante el tiempo que dure la condena.

El ministerio público, que pidió penas que totalizan 15 años de cárcel, les acusó de agredir al propietario del local y a los dos policías locales que acudieron en su ayuda, así como de producir destrozos en el calabozo al que fueron conducidos tras su detención. Los hechos ocurrieron en la noche del 29 de junio, en las fiestas de San Juan.

ALARMA SOCIAL En su día, el fiscal solicitó que, una vez agotado el plazo de detención legal de 72 horas, los sospechosos fueran internados en la cárcel, con carácter preventivo, "por la gran alarma social" causada por los procesados, algunos de los cuales habían producido con anterioridad hechos de similar gravedad en la capital cincovillesa. Permanecieron cuatro meses en la macrocárcel de Zuera.

"Todo empezó cuando entraron al bar y les llamé la atención, porque habían estado otras veces y se iban siempre sin pagar", señaló el dueño del discobar, al que representó el letrado Camilo Deza, quien solicitó penas que oscilan entre los 4 y los 8 años para cada uno de los acusados.

"Todo esto es un montaje de la Policía, que nos acosa y actúa contra nosotros por puro racismo contra los gitanos", manifestó uno de los acusados, a los que defendieron los abogados Javier Notivoli y Carmen Sánchez Herrero.

Los procesados y los empleados del bar se enzarzaron entonces en una pelea. Cuando llegaron los policías locales, "los acusados se abalanzaron sobre ellos y a uno le quitaron la porra, por lo que su compañero tuvo que disparar al aire para acabar con la situación", según relató el abogado de los agentes, Javier Contín.

Los incidentes se prolongaron en el cuartel de la Policía Local, donde los detenidos rompieron la instalación eléctrica y provocaron un cortocircuito. Uno de ellos, al parecer, se hizo con unos cristales, pero en la vista oral negó tajantemente que fueran para agredir a los agentes. "Los quería para lesionarme", manifestó ante la juez.

En la agresión intervino también un menor de edad que ya fue condenado a 6 meses de internamiento.