El ministerio fiscal solicitó ayer en la Audiencia de Zaragoza penas de siete años de prisión para Luis Martínez de Baños, acusado de un delito de tráfico de drogas y de otro de tenencia ilícita de armas de fuego. El procesado fue detenido el año pasado con un paquete que contenía un kilo de cocaína tras ser interceptado el vehículo que conducía en un peaje de autopista y, presuntamente, intentaba introducir la droga en Zaragoza.

Durante el juicio, Martínez de Baños declaró ante el tribunal que desconocía la procedencia del paquete y su contenido. En relación con la pistola hallada durante el registro policial que se efectuó en su domicilio de Pedrola, manifestó que se trata de un arma de coleccionista.

El abogado de la defensa, José Antonio Visús, expuso estos mismos argumentos para solicitar la libre absolución de su cliente. Señaló que su cliente ignoraba que llevara droga en su coche y, sobre el arma, alegó que se trataba de una pistola inservible que había sido fabricada por armeros del País Vasco con anterioridad a la Primera Guerra Mundial.

UNA VIDA INCREIBLE El letrado explicó que Martínez de Baños había llevado en los últimos años una "vida increíble", marcada por las sospechas que pesaron sobre él por la muerte del auditor judicial del casino Montesblancos, Javier López Aldea, asesinado el 21 de noviembre de 1997 en un garaje privado del Actur. Hasta entonces, recordó, había llevado una vida como cualquier ciudadano normal, pero, a raíz de estos hechos, se ha visto involucrado en situaciones conflictivas que han tenido un eco social negativo.

El fiscal mantuvo las acusaciones, al considerar que estaba suficientemente probada la autoría de Martínez de Baños en ambos delitos y solicitó condenas de seis años de prisión por el tráfico de drogas y de un año por la tenencia de armas.

El acusado, exagente de la Guardia Civil que estuvo implicado en el asesinato aunque la imputación se archivó sin que se llegara a resolver el caso, ha sido detenido posteriormente en varias ocasiones por diversos delitos y faltas.

HISTORIAL El año pasado fue juzgado y absuelto de una falta de lesiones provocadas a trabajadores de la empresa Walthon. Los empleados le señalaron como guardaespaldas de los últimos propietarios de la firma, los hermanos Angel y Juan Carlos Arzeiz.

Con posterioridad, Martínez de Baños fue detenido e ingresó en prisión por el presunto tráfico de drogas juzgado ayer. Aunque salió de la cárcel de Zuera pocos días más tarde en libertad provisional no tardó en volver a ser arrestado, también por tráfico de cocaína. También en esta segunda ocasión se intervino en su poder un kilo de droga.

En medios jurídicos y policiales sorprendió su nueva puesta en libertad provisional pocas semanas más tarde. Finalmente, el pasado mes de enero volvió a ser arrestado en el barrio de Casetas por un presunto delito relativo a la prostitución. Martínez de Baños continúa actualmente en libertad, pendiente de ser juzgado por estos hechos.