El asesinato, hace dos años, del joven dominicano Ariel Carrasco durante un pase de drogas en Zaragoza no fue por una discusión, sino porque los autores -todavía en paradero desconocido- decidieron «dar un vuelco», que es como el argot policial denomina al robo de droga entre narcotraficantes.

A esa conclusión ha llegado la Fiscalía, que acaba de presentar su escrito de acusación contra Wilson Rhadames Peña Rodríguez, el hombre al que contrataron como chófer los asesinos. El ministerio público considera que este dominicano, defendido por el abogado Alejandro Giménez, es autor de un delito contra salud pública y de robo con violencia en casa habitada, por los que solicita una condena de casi 8 años de prisión. El asesinato no se lo imputa, ya que no llegó a salir del coche en el que se fugaron los sospechosos.

En su escrito de acusación, la Fiscalía asegura que el encausado «sabía que sus dos acompañantes iban a casa de Ariel Carrasco a por droga y que iban armados con la clara intención intimidatoria para conseguir doblegar su voluntad» y, por tanto, que la víctima les diera la cocaína que días antes habían negociado. Algo que no ocurrió, ya que Ariel Carrasco forcejeó con ellos, que no dudaron en acabar con su vida de cuatro disparos.

La Fiscalía reconoce que Peña estaba en la calle y que no se enteró del crimen que acababan de cometer sus acompañantes.

No obstante, destaca que al día siguiente de ocurrir los hechos, el 5 de enero del 2015, abandonó España de forma precipitada con destino la República Dominicana. Fue localizado y detenido en el aeropuerto de Panamá un 12 de mayo del 2016, tal y como adelantó este diario. Desde el 24 de junio, momento en el que fue extraditado a España, permanece en la prisión zaragozana de Zuera.

Por estos hechos ya fueron juzgados el hermano y el tío de la víctima, condenados a cuatro años y medio de prisión por narcotráfico. La condena ya es firme, ya que fue ratificada por el Tribunal Supremo.