La Fiscalía pidió ayer que Antonio Losilla se siente en el banquillo ante un jurado popular por delitos de homicidio y falsedad documental, por haber matado a su mujer, Pilar Cebrián, y haberle falsificado la firma. El primo de la mujer, representado por las letradas Carmen Sánchez y Laura Vela, solicita además que se le impute un delito contra la integridad moral, por no decir dónde está el cadáver, al estilo del caso de Marta del Castillo.

El abogado de Losilla, el penalista Javier Notivoli, volvió a solicitar el sobreseimiento de la causa por falta de pruebas, y fue el único en solicitar nuevas diligencias en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza, donde celebraron la comparecencia del artículo 25 de la Ley del Jurado donde se deciden los delitos a imputar o el archivo de la causa.

El relato de la Fiscalía --sustancialmente igual al de las acusaciones particulares-- recoge que, tras deteriorarse la relación del matrimonio, la mujer comenzó a trabar contacto con otras personas a través de la red social Badoo. Losilla conocía las claves de acceso de su mujer y lo descubrió.

Pilar Cebrián reencontró a un antiguo amigo de juventud, por su trabajo, y comenzaron a verse. Losilla, según las acusaciones, los seguía. Finalmente, el 2 de abril del 2012, ella le dijo que quería terminar su relación y trasladarse al piso que tenían en Zaragoza, momento en el que él, "que ya había tomado la decisión de matarla", la golpeó hasta conseguirlo, y se fue a cenar.

El hombre compró productos para limpiar la sangre del descuartizamiento antes del día del asesinato. La Policía halló varios restos, como en su día publicó este diario, en el garaje. Losilla esperó hasta que la sangre se coagulase, gracias a sus conocimientos de carnicero, según la Fiscalía. De hecho, llamó a la inquilina de la antigua casa familiar y carnicería para pedirle las máquinas de despiezar, pero no las pudo usar porque requerían una instalación "trifásica" con la que no tenía en la nueva casa.

Tras consumar la muerte, siempre según la Fiscalía, llevó una bolsa de viaje de Pilar a la casa de Zaragoza, para simular que ella había viajado allí, pero el móvil de la mujer no salió de la zona de Ricla. Al menos hasta que él lo tiró a un contenedor de Zaragoza, y lo halló un hombre. En el mismo viaje se habría desecho de las bolsas con los restos en contenedores de La Almunia y Zaragoza.

PRESIONES Entre otros indicios de encubrimiento, la Fiscalía señala que vendió el coche donde trasladó los restos, falsificando la firma de su mujer, a una empresa Libia. No ha sido recuperado. También presionó (sin éxito) a la mujer del amante de Pilar para que dijese a la Policía que su marido la llevó a abortar y murió. Consiguió información sobre ella haciendo que su hija B. llamase a la casa y simulase estar sorteando una moto.

El escrito también recoge el relato de Losilla ante la Policía y el secretario judicial en el registro de su vivienda, en octubre del 2012. Su abogado insistió ayer en que esta "mal llamada confesión" no es válida.

El propio Losilla, que tuvo la última palabra, justificó esta confesión al asegurar que la Policía le hizo "algo muy tremendo" tras estar dos días detenido. Le informaron de que habían encontrado un cuerpo --resultó ser el de Vanessa Barrado-- y le dijeron que sabían de los problemas de sus hijos con la Justicia. Afirmó que narró el descuartizamiento para que no le destrozasen la casa, y con la esperanza de que "luego ya encontrarían la prueba que demostrara su inocencia".