La ausencia del principal testigo obligó ayer a la Fiscalía a rebajar de diez años de prisión a tan solo uno para Ahmed C., acusado de incendiar una nave en Épila en la que residía junto a otras personas.

El juicio por este caso, ocurrido en agosto del 2010, se aplazó por la falta de esta persona, que sigue sin estar localizable. Ante ello, el fiscal Manuel Torralba señaló a la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza que no se podía demorar más la situación del acusado y que se celebrara ayer la vista.

En ella, el representante del ministerio público justificó el importante cambio de pena a que "no se ha podido corroborar lo que dijo durante la instrucción esta persona". Es decir, no estaba probado que el procesado quisiera acabar con la vida de sus compañeros de almacén. Quemó, entre otras cosas, un colchón y unas maderas.

SIN PELIGRO

Admitió ante el tribunal provincial que "lo único que está claro es lo que dijo la Guardia Civil, que no puso en peligro a ninguna persona".

Frente a esta condena, el abogado Mariano Montesinos aseveró que su cliente, al que defiende de oficio, debe ser absuelto porque "la Benemérita no hizo ningún tipo de investigación". "No sabemos si, por ejemplo el ausente fue el que hizo el incendio y luego quiso culpabilizar a mi cliente", señaló.

En su última palabra, el procesado volvió a defender su inocencia, al igual que hizo durante la primera sesión del juicio. Aseguró que, cuando ocurrió todo, él estaba en el campo trabajando.

Ahmed C. afirmó que no tenía ninguna animadversión contra esa gente, sino que incluso les tenía "miedo" y que ni se atrevía a dirigirles la palabra. Este hombre fue detenido cuando se personó en el cuartel para saber qué había pasado.

En ese momento, según declararon los miembros del instituto armado, este temporero les dijo: "Incendio no, incendio no, racistas, racistas". Incluso, se autolesionó y agredió a uno los agentes. El caso quedó visto para sentencia.