Por el modus operandi la Policía Nacional consideró que Héctor S. S. era responsable de una docena de quemas de contenedores en el barrio del Arrabal. De todos ellos, la Fiscalía solo le sienta en el banquillo por dos incendios, los únicos en los que hay testigos presenciales que le identificaron como el autor de unos actos vandálicos que preocuparon en este distrito zaragozano y que le hizo ganarse el nombre del pirómano del Arrabal. Por estos hechos se enfrenta a 4 años de cárcel y el pago de una multa de 1.920 euros. Varias fachadas, contenedores y vehículos quedaron calcinados en los hechos que policialmente se le imputaban.

Héctor S. S., que permanece en prisión provisional después de salir del centro penitenciario de Zuera y, supuestamente, cometer uno de estos incendios, se sentará próximamente en el banquillo de los acusados por un delito de daños en grado de tentativa mediante incendio. Él mantiene que no es el autor, por lo que su abogado defensor, Javier Ferreira, pide la libre absolución.

El ministerio público le acusa del incendio ocurrido a las 16.30 horas el 24 de diciembre del 2017. Señala que echó una bolsa de plástico con paquetes de patatas fritas y otros efectos que había prendido fuego previamente con un mechero. Lo tiró en uno de los depósitos de plástico. Poco tiempo después llegaron al lugar los bomberos alertados por una persona que presenció los hechos y lo extinguieron. Solo afectó al contenedor que no ha sido reclamado por la empresa contratista FCC ni por el Ayuntamiento de Zaragoza. El otro de los hechos que le imputa es el ocurrido el 4 de marzo del 2018. Razón por la que regresó a la cárcel. En aquella ocasión, supuestamente, cogió de un contenedor de obra una bola de papel y la arrojó ardiendo a un contenedor de plástico. Al ser detenido instantes después, el Cuerpo Nacional de Policía le intervino tres mecheros que había usado para prender fuego. «La intención era que las llamas afectaran a vehículos estacionados y a viviendas cercanas», apunta el fiscal.