En la Universidad de Zaragoza tienen muy bien atado los códigos éticos de buenas prácticas en varias áreas. Precisamente, el pasado martes se aprobó en Consejo de Gobierno el relativo a investigación, diseñado para prevenir las malas prácticas, ofreciendo principios, pautas de actuación y normas. Estas tienen como objetivos, según fuentes de la institución, «fomentar la honestidad, el rigor y la responsabilidad en la investigación y mejorar la calidad de la investigación en todos sus campos y aspectos», añadieron. Esta aplicación es acorde con la Declaración Nacional sobre Integridad Científica, a la que recientemente se ha adherido la CRUE.

El texto del campus aragonés se articula en quince apartados y, según precisaron fuentes de la institución académica, estos códigos de buenas prácticas «no incluyen sanciones, sino que son un complemento para garantizar una buena actividad», añadieron.

Lo debe cumplir tanto a la universidad como su personal investigador, incluidos aquellos que, perteneciendo a otras entidades, desarrollan temporalmente actividades en sus dependencias e instalaciones. Pero el campus no solo quiere detenerse en el rigor en investigación, sino que las prácticas se extenderán, próximamente, con el código para el Personal de Administración y Servicios (PAS) y Personal Docente Investigador (PDI). Tampoco en estos casos se prevén sanciones.

Cuando el actual rector, José Antonio Mayoral, llegó al cargo comentó que la transparencia, tal y como figuraba en su programa electoral, iba a ser uno de los principales frentes de su mandato. A. L.