Las constantes retenciones que se forman en la carretera de Castellón (autovía A-68) a la altura de la rotonda que da acceso al cuarto cinturón, ha llevado al Ministerio de Fomento a replantearse una solución técnica que acabe con los atascos, tanto de los vehículos que proceden del barrio rural zaragozano de La Cartuja y todo el eje de la N-232 como de todos los que llegan a esa glorieta desde la Z-40 o en la salida de Zaragoza. Y su propuesta técnica ha sido la de plantearse un paso inferior que la salve para los que sigan recto, dejando el giro libre para los que deseen entrar o salir de la circunvalación.

Un túnel en el que Fomento ya trabaja con un proyecto de adecuación del cruce cuyo presupuesto estimado de licitación para su construcción sería de unos 13,2 millones de euros. «El objetivo de esta actuación es mejorar las condiciones de seguridad vial de esta zona y paliar las retenciones que se producen en horas punta», explicó ayer el propio ministerio en un comunicado.

La autovía A-68 sería «la zona objeto de esta actuación» y «constituye uno de los accesos más importantes al núcleo urbano de la ciudad de Zaragoza», remarcó Fomento, una vía que soporta todas las entradas y salidas de los vehículos procedentes de la zona sur-este. Un eje en el que se encuentran, además de La Cartuja, localidades como El Burgo o Fuentes de Ebro, entre otros, con numerosos vecinos que trabajan a diario en Zaragoza. De hecho, esas horas punta coinciden con las de entrada y salida de los centros de actividad o educativos, o el mediodía. Eso, con bastante regularidad y casi desde el estreno de esta rotonda, que este año cumple sus primeros diez años de existencia.

«Por todo ello, se han realizado los estudios oportunos y se ha propuesto la solución de paso inferior para mejorar la capacidad y seguridad vial de la zona», expone el Ministerio de Fomento, que por ahora no apunta a los plazos que se barajan o a qué previsión tienen de poder sacar a concurso su construcción.

HACE SOLO DIEZ AÑOS

De hecho, su estreno llegó de la mano de la culminación de la Z-40, en la denominada Ronda Este que conectaba el entronque de la autovía Mudéjar con la ciudad y la Ronda Norte, tramo de la autovía A-2 Madrid-Barcelona a su paso por Zaragoza. Su construcción se sumaba a la que, a pocos kilómetros de distancia, enlaza la Z-40 con el tercer cinturón pasada la salida de Puerto Venecia.

Esta glorieta no acaba de absorber todo el tráfico que debería para aliviar la congestión de esta glorieta ubicada en mitad de la A-68, que además facilita un acceso directo a la Z-40 a todos los pueblos del entorno. Pero solo ha hecho que sumar usuarios a una vía, la autovía, que ya de por sí soportaba una alta intensidad media de vehículos.