Si hay un proyecto de infraestucturas ferroviarias que podía dar por olvidado Aragón es el de la Travesía Central por el Pirineo (TCP). Pasados los años de bonanza económica, la crisis, la Unión Europea lo excluyó en el 2011 de su red prioritaria con financiación. Se llevaron por delante de este modo una de las aspiraciones más ambiciosas, y por las que más peleó, del Gobierno autonómico hasta entonces. Ahora el Gobierno central ha decidido sacar del cajón el llamado eje número 16 Sines-Algeciras-Madrid-París, en el que la DGA quiso insertar definitivamente a Zaragoza y Aragón.

En las proximidades de las elecciones andaluzas (que se celebran hoy), el Ministerio de Fomento, a través de la Subdirección General de Planificación Ferroviaria, decidido adjudicar a la ingeniería Idom un contrato para elaborar el «estudio de benchmarking de proyectos similares a la nueva Travesía Transpirenaica de Gran Capacidad (TGC-Pirineos)». El pasado 20 de noviembre y por 139.950 euros (IVA no incluido) se le ha encomendado la preparación de los informes detallados, conclusiones y recomendaciones «que puedan ser de aplicación al proyecto». Un objetivo al que, sospechosamente, lo primero que ha hecho es cambiarle el nombre.

¿Por qué ahora? Es un misterio, pero lo cierto es que la empresa ubicada en Zaragoza podrá aportar en otoño del 2019 las «referencias actualizadas sobre la realización de proyectos similares de grandes infraestructuras que atraviesan con túneles y/o viaductos largas distancias para comunicar dos cuencas fluviales o territorios separados por cualquier circunstancia geográfica». En nueve meses se ha comprometido a hacerlo.

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA / Pero el paso del tiempo ha logardo que se dé carpetazo a los últimos realizados sobre la travesía central en su vertiente aragonesa y esta tarea, que se repartirá en «dos fases», dedicará la primera solamente a realizar «una revisión bibliográfica y un estudio documental de los proyectos más recientes de características similares en el mundo y, especialmente, en Europa, para seleccionar los más representativos». Y con ello «plantear su análisis en profundidad y proponer las visitas in situ, técnicas e institucionales correspondientes, que permitan completar el conocimiento de esas experiencias, con los problemas y dificultades de todo tipo, previstos y no previstos, que se han tenido que afrontar».

En la segunda fase, tras visitar esos proyectos, se realizará «un análisis multicriterio», considerando aspectos como el tráfico previsto y observado después; consulta pública e institucional; planificación y coordinación de acciones; análisis de riesgos en las fases de diseño y construcción; técnicas y medios utilizados para la misma; medidas de seguridad en la obra y la explotación; metodología de la ejecución técnica; costes de diseño y de construcción, los de explotación y métodos de financiación.