¿Cuál fue la causa de la muerte de Víctor Laínez? ¿Empleó algún objeto Rodrigo Lanza para provocar esas lesiones en la cara y cráneo de la víctima? ¿La historia clínica del fallecido influyó? Estas y otras muchas preguntas tuvieron que responder los forenses, los peritos de la acusación y los de la defensa en la cuarta sesión del juicio por el crimen de los tirantes que duró más de seis horas. El jurado no se quedó atrás mostrando un gran interés llegando a formular hasta nueve cuestiones.

Hasta la semana que viene no se conocerá el veredicto del jurado erigido para resolver este caso ocurrido en Zaragoza en el 2017, que decidirá si Lanza es autor de un asesinato como sostienen las acusaciones (Fiscalía, la particular y la popular que ejerce Vox) o de un homicidio imprudente que propuso la defensa. Para llegar a esa posición, el jurado tendrá que valorar los informes de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que consideran que está claro que la causa fue el conjunto de politraumatismos ocasionados al caer al suelo de un puñetazo realizado por la espalda unido al resto de golpes y patadas que Lanza le dio una vez estaba inconsciente. Frente a esta posición se mostraron los especialistas de la defensa, quienes apuntaron a que pudo deberse al «corazón enfermo» de la víctima. Los médicos propuestos por la acusación se alinearon a los funcionarios del IMLA que fueron los que hicieron la autopsia, frente a sus colegas que emitieron informes a partir de fotografías.

El forense José Manuel Arredondo ha explicado que considerar que el corazón es el culpable es la causa del deceso "no es algo lógico, ni razonable" y que no se debió a los antecedentes, sino a los traumatismos que le provocan esos infartos. De hecho, ha destacado que cuando estuvo ingresado en el centro hospitalario el corazón le funcionaba y que de lo que le desconectaron "fue del cerebro".

Los miembros del jurado preguntaron sobre si esas lesiones en el cerebro hubieran provocado la parada del corazón en una persona sana. Para los peritos de la defensa, los doctores Víctor Pineda y Estéban Fernández, "hubiera sido infrecuente, si no llega a tener una enfermedad cardíaca no se hubiera producido", mientras que para el forense y el perito de la acusación, el neurocirujano Vicente Calatayud, las causas que desencadenaron la muerte fue el traumatismo craneoencefálico "claramente".

"¿Una agresión así en un deportista sano y joven le podría haber acarreado la muerte?", ha preguntado el penalista Enrique Trebolle, siendo contestado por los forenses y sus peritos que "por supuesto". Los peritos de la defensa lo han rechazado.

"Cuando un paciente deja de tener riego, es decir, la sangre del corazón no sube al cerebro es cuando se produce un ictus, pero en las imágenes de los escáner no se observa eso, en definitiva, si no hay infarto cerebral esa teoría no es cierta", ha apuntado el radiólogo Nicolás Fayez, que fue ratificado por los facultativos del IMLA.

El debate lo han concluido el forense Arredondo y su compañera María Aranzazu Ortubia, quienes han asegurado que él tuvo el corazón de Laínez en sus manos y que "no presenta una lesiones importantes que generan la muerte". "¿Si estaba tan enfermo ese corazón cómo puede hacer el 061 que vuelva a latir después de dos paradas respiratorias?", se ha preguntado Ortubia.

Explicaciones sobre la lesión más grave

El forense Arredondo ha explicado que cuando hay un golpe siempre cae primero el hombro porque protege, la rotura del peñasco (el hueso más duro) no es por la caída, sino por un golpe. "Ustedes han visto lipotimias que la gente no se rompe la cabeza al caer, la posibilidad de producirse una fractura así por caerse en el suelo es nula", ha apuntado. "Cuando en los accidentes de tráfico vemos fractura del peñasco solemos ver una fractura de la clavícula, aquí no", ha incidido.

Una afirmación que ha confirmado el radiólogo Fayez, quien considera "que se hubiera visto un golpe en las pruebas que se le hicieron y en ningún momento se observaron".

Mientras, los otros peritos, Víctor Pineda y Estéban Fernández, no han opinado igual. Consideran que del golpe por la espalda que dio Lanza a Laínez ya perdió la consciencia que le hizo desplomarse en el suelo y romperse la fractura.

¿Las lesiones fueron solo por puñetazos?

El neurocirujano y los forenses han resalado que para producir la fractura del peñasco se han tenido que emplear o una patada fuerte o un objeto contuso. "Esa cabeza recibió muchos golpes y ese conjunto derivó en la muerte", ha afirmado el médico legal.

Por otro lado, los peritos han insistido que fue de la caída contra el suelo la causa, no los puñetazos o "una buena patada", tal y como lo ha señalado la fiscala Ana Cabezas. "Cabría la posibilidad con un zapato concreto, no con una deportiva normal", han añadido.

La magistrada ha preguntado sobre la posibilidad de si Lanza no se hubiera ensañado en la agresión no hubiera ocurrido el fatal desenlace, siendo contestada por los forenses que efectivamente "fue un cúmulo de lesiones".

"Es muy difícil romper ese hueso con la mano, pero sí con una patada"

Por otro lado, las médicas del hospital Clínico Lozano Blesa que atendieron a Víctor Laínez cuando entró en el servicio de urgencias han declarado que las lesiones que presentaba eran" muy graves e incompatibles con la vida". La víctima tenía lesiones múltiples faciales y cerebrales.

La doctora Irache Muñoz ha manifestado que le impresionó la “gravedad y deformidad de la cara y la cabeza”. “El paciente no tenía ninguna señal de defensa y que antes de llegar al centro sanitario tuvo dos paradas cardiorrespiratoria, una en el bar y otra en la ambulancia”, explicado.

También ha resaltado que el paciente sufrió anoxia que es un falta de oxígeno en el cerebro como consecuencia de esas dos paradas cardiorrespiratorias, aunque han querido incidir en que el corazón no se para por la patología cardiaca, sino porque cerebro se daña a causa, en este caso, de los golpes.

Laínez presentaba una rotura del hueso temporal, hecho que ha provocado la curiosidad de la magistrada presidenta del tribunal popular, María José Gil Corredera, quien le ha preguntado si puede hacer eso con una mano. La contestación ha sido: "Es muy difícil de esa forma, pero sí con una patada".

El juicio continúa este viernes.