Los jóvenes han encajado la bofetada de las crisis y preparan decididos su respuesta. Ese es al menos el fotograma que ofrece como resultado el dossier 'Juventud. Indicadores básicos' del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud que ayer presentaron en Zaragoza el director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón, y su director ejecutivo, Eusebio Megías.

Los jóvenes en España representan un colectivo formado por algo más de 4,5 millones de personas que se enfrentan a una situación complicada: el paro borra sus primeros sueños (el 56% no encuentra empleo entre los 16 y 24 años), y los hay que están muy perdidos (26,5% de abandono escolar, frente al 13,5% de media en la UE); tardan mucho más en independizarse que sus colegas comunitarios (diez puntos porcentuales más de permanencia en casa de los padres en la horquilla entre 25-35 años) y, siempre según el estudio, sus padres los ven "inmaduros, dependientes, mimados e incapaces".

Para Ignacio Calderón, sin embargo, "hay un dato muy positivo; los jóvenes están asumiendo lo siguiente: trabajaremos por lo que nos paguen, donde nos digan y, con todo, intentaremos cambiar esta situación, lo cual es muy esperanzador".

Lo que no están dispuestos es a tragar con lo que ahora mismo les ofrece el panorama político e institucional. No se sienten identificados por sus representantes (solo un 2% está afiliado a alguna formación) pero quieren ser escuchados, de ahí su creciente interés por la política (40,7% en 2012, frente al 23,3% en 2004). Para expresar sus inquietudes, buscan nuevas fórmulas de participación y más de la mitad de ellos considera que Internet es el mejor canal de expresión y participación.

Tampoco toleran bien el que se entrometan en su ámbito de decisión personal: "Observamos en ellos una creciente necesidad de preservar un cada vez mayor ámbito de moral privada, en el que no debe inmiscuirse nadie, como por ejemplo en asuntos como el aborto, la eutanasia, las creencias y las relaciones sexuales", comentó el director ejecutivo de la FAD, Eugenio Megías.

Este trabajo forma parte de un ambicioso proyecto de la fundación del Centro Reina Sofía, que no olvida su notable labor en la lucha contra la drogadicción, desarrollada desde sus inicios en 1986. La presentación sirvió también para hacer un somero repaso de las cincuenta campañas de rechazo a las drogas que ha llevado a cabo en este tiempo. Desde el rechazo de plano en la época de la heroína a la educación en valores y la prevención para dotar a las personas de una capacidad propia de rechazo.