--¿Hay noticias del origen del roscón de San Valero?

--Es muy antiguo. Se cree que procede de la Edad Media, cuando los grandes próceres de cada localidad ofrecían en los días festivos lo que se llamaba las migajas a sus súbditos.

--Oh.

--Y con el tiempo derivó en el roscón dulce. En 1800, en Zaragoza, había ya tres establecimientos hoy en día desaparecidos, como eran la Pastelería González, el Horno San Valero y Sánchez, que elaboraban ya el roscón con la sorpresa. Además de la sorpresa incluían un haba...

--¿Un haba?

--Hay una prosa que dice: "En este dulce roscón hay escondido un haba y una sorpresa. Si te notas en la boca algo duro es que te ha tocado el haba, y el roscón pagarás. Si te toca la sorpresa, coronado y rey serás".

--¿Y cuándo se acopla esta costumbre a San Valero?

--Realmente era un postre de pueblo y hace tiempo que se añade a San Valero. Zaragoza ha sido la ciudad más rosconera de España porque tenemos: Reyes, San Valero, San Blas, Santa Águeda, incluso San Antón. Su venta ha sido de toda la vida en las puertas de las iglesias, además de las pastelerías.

--Es curiosa esta tradición de obsequiar con roscón en la plaza del Pilar.

--Ya llevamos 23 años con la de hoy. Tiene mucho mérito. El primer roscón lo hicimos ocho pasteleros y tuvimos el problema de que no sabíamos dónde guardarlo. Pesó cuatrocientos kilos y 800 metros. No pudo entrar en el Guinnes porque el jurado dijo que lo habíamos hecho en trozos. Desde entonces me pregunto dónde está el horno capaz de hacer un roscón de 500 metros de diámetro. Ya no lo hemos intentado más.

--¿Alguna localidad mundial ofrece un postre como este gratis a la ciudadanía?

--No, no tenemos constancia. Zaragoza es una ciudad de hacer colas, le gusta a la gente. Hubo un año en que a las cinco de la mañana ya había un señor esperando su turno hasta las diez que comenzó. La gente no lo hace por el valor del roscón.

--¿Se venden muchos roscones un día como hoy?

--A cuatro miembros por familia serían 175.000 roscones. Y esto es lo que se vende.

--Cada día se le da al magín para inventar nuevos postres.

--Yo creo que aún hay hueco, pero creo que falta ambición y compañerismo. Siempre se pueden buscar fechas y eso siempre va bien porque impulsa la venta. Ahí están las novedades de El Lanzón y las Tetas de Santa Águeda. Eso sí, cualquier cosa no vale, tiene que ser bueno.