La empresa Pasionhair, que gestiona la mayor parte de las peluquerías Marco Aldany de Zaragoza en régimen de franquicia, ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a cerca de 80 trabajadores y cerrará desde hoy los ocho salones de belleza que mantenía abiertos. La medida ha sido tomada por la administración concursal de la firma, que se declaró en suspensión de pago a principios de año.

Los problemas de la empresa son por tanto anteriores a la crisis desatada por el coronavirus, aunque la pandemia ha agravado su situación. A principios de año ya clausuró la peluquería que tenía en centro comercial Augusta y hace unos días bajó la persiana de otra en la calle María Zambrano. El despido colectivo ha generado gran inquietud en los trabajadores, la mayoría mujeres, que carecen de comité aunque están siendo asesorados por CCOO. “Vamos a darles soporte para ayudarles en todo lo que se pueda”, apuntaron fuentes del sindicato. Aunque dada la situación de quiebra, toda apunta que las indemnización por desempleo deben ser asumidas por el erario público a través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), lo que hará que reciban cuantías inferiores a lo que les correspondería legalmente.

La mayor parte de los trabajadores se encuentran actualmente en un ERTE de coronavirus, ya que las peluquerías reabrieron en mayo cuando lo permitió el Gobierno tras el confinamiento estricto pero lo hicieron a medio gas. La comisión negociadora del ajuste laboral se constituirá la próxima semana.

LA CADENA GARANTIZA SU CONTINUIDAD

Desde Marco Aldany garantizaron la continuidad de la cadena en Aragón a través de sus tres salones propios que tiene en Zaragoza —incluida una escuela de peluquería— y de media docena de peluquerías gestionadas por otros cuatro franquiciados. La mayoría de estos locales permanecen cerrados y con sus plantillas acogidas a los ERTE del coronarvirus, pero la cadena asegura que reabrirán a partir de septiembre.

Sobre la situación de Pasionhair, la marca de peluquerías asegura no conocer formalmente el cierre de sus ocho peluquerías —a los trabajadores se les han dado vacaciones— y apuntaron a la posibilidad de que otros franquiciados retomen la actividad de alguno de estos centros. “Las limitaciones de aforo y el miedo al virus están haciendo mucho daño al sector”, agregaron.