En pleno debate sobre la necesidad o no de intervenir sobre los precios del alquiler, de ponerle coto a los especuladores y fijar un tope que no permita incrementos desproporcionados a los inquilinos, resulta que la pandemia del coronavirus ha servido de catalizador en una tendencia ascendente que en el último año se ha frenado en seco. Las cifras oficiales del Gobierno de Aragón demuestran que ni siquiera lo que está ocurriendo en Zaragoza es comparable al fenómeno que puedan estar viviendo en Madrid o Barcelona, que las consecuencias en las tres provincias de la comunidad y en la capital aragonesa ha sido la de detener un crecimiento constante de los últimos seis años de forma consecutiva.

Este parón, además, ha ido acompañado de una especie de autorregulación en la que el grueso de los inmuebles que se arriendan se mueven en la horquilla de 400 a 600 euros. Ya representan el 59,6% del total, cuando hace solo siete años eran el 43,5%, y los extremos han seguido tendencias opuestas, los inmuebles valorados en más de mil euros de renta mensual han triplicado su porcentaje, antes eran el 0,6% del total, en el 2015, y ahora son el 1,7%. Mientras, al otro lado de la balanza, los que cuestan menos de 200 euros se han reducido casi a cero, no hay de menos de 100 y de hasta 200 suponen el 0,5%.

La principal lectura de este frenazo con la pandemia es la de poner freno a un incremento de los precios que en las tres provincias ha superado el 20% en solo seis años. Así, los pisos en la de Huesca costaban de media 345,9 euros en el año 2015 y han ido subiendo sin interrupción hasta que en el 2020 alcanzaron los 429,4 euros, un 24,13% de aumento que se ha parado en seco en el último año. Y no solo eso, los dos primeros meses de este 2021 --hasta el pasado 1 de marzo--, el promedio había empezado a descender y ya está en 427,4 euros mensuales. ¿Supone esto el inicio de una tendencia descendente que se prolongará hasta que finalice la pandemia? El tiempo lo dirá pero puede ir desescalando la subida ininterrumpida de los últimos seis años.

Lo mismo ha sucedido en la provincia de Teruel, donde la media de las fianzas depositadas en el Gobierno de Aragón al alquilar los pisos (es la única manera fiable de calcular este promedio al ser obligatorio) alcanzaban los 372,8 euros al finalizar el 2020 cuando seis años atrás, en el 2015, esta misma cifra era de 306,5 euros. Un ascenso del 21,6% en una provincia que sigue marcando los registros más bajos de la comunidad en cuanto a precios del alquiler. Y el 2021 no ha comenzado mejor para esta provincia, ya que también ha empezado a retroceder y la media está en 363,3 euros, casi 10 euros menos en solo dos meses de ejercicio.

La provincia de Zaragoza tampoco ha sido una excepción en este caso. Los 343,3 euros de media de renta mensual que se marcaron en el 2015 se han convertido ahora, seis años después, en 419,7 euros de promedio con el que se acabó el año pasado, en plena pandemia. Esto, en términos porcentuales, supone un aumento del precio ininterrumpido del 22,2% en este periodo de tiempo. Aunque en su caso, a diferencia de las de Teruel y Huesca, el suyo sí rompe la dinámica de la comunidad en los primeros dos meses del 2021, ya que el precio ahora mismo ronda los 420,8 euros.

La clave de esta diferencia, en este caso, no se encuentra en la capital aragonesa y de la provincia. Zaragoza ha sufrido el parón más importante porque venía de acumular un crecimiento en los precios del alquiler del 30% en seis años. Así se explica que los 414 euros de media que se abonaban en el 2015 se hayan convertido en 538,5 en el pasado ejercicio, que pese a la pandemia los alquileres crecieron (era el promedio de 523 euros en el 2019) y que, por tanto, el frenazo ha sido más sonado en este inicio del año puesto que, de golpe ha bajado a 530,3 euros, un 1,5% de caída que está por ver el efecto que tendrá en el acumulado del año cuando este finalice.

Quizá en el caso de la capital el debate sobre la contención y los límites a los precios se daría en el momento más inapropiado ahora. Sobre todo cuando la ciudad, solo entre el 2018 y el 2019, experimentó subidas del 7,5% y 7,4% de forma consecutiva, un 15% en solo dos años.

La vivienda de segunda mano se abarata un 0,7%

El precio de la vivienda de segunda mano creció un 2,2% el pasado mes de febrero de media en España y Aragón se encuentra entre las comunidades donde este sí aumentó. En su caso, por debajo de la media nacional, un 0,7% con un precio medio de 1.581 euros el metro cuadrado. Según los datos ofrecidos esta semana por la inmobiliaria Fotocasa, entre los incrementos destacan Extremadura (+5,1%) Navarra (+4,2%), País Vasco (+3,2%), Galicia (+3%), Asturias (+2,3%) Baleares (+2,7%), Cataluña (+2,6%), Comunidad Valenciana (+1,7%) y Castilla-La Mancha (+1,1%). Y le seguían Andalucía (+0,8%) y, ya por debajo de Aragón, La Rioja (+0,6%), Cantabria (+0,3%) y Madrid (+0,2%). Solo en Murcia, Canarias y Castilla y León bajaron. El precio medio de la vivienda de segunda mano sube también en ocho de los nueve municipios con variación mensual analizados por esta empresa: Calatayud (3,1 %), Sabiñánigo (2,4 %), Cuarte de Huerva (2,2 %), Jaca (1,9 %), Zaragoza capital (1,3 %), Teruel capital (1,1 %), Huesca capital (0,6 %) y Utebo (0,1 %), mientras que desciende, un 1,1 %, en Monzón. La vivienda en venta sube de precio en febrero en las provincias de Zaragoza (2,2 %) y Huesca (2 %), mientras que desciende un 1,2 % en Teruel. Zaragoza es la provincia más cara con 1.664 euros el metro cuadrado, seguida de Huesca con 1.364 y Teruel, con 1.055 euros el metro cuadrado.