El frente que ha llegado a Aragón esta semana dejó ayer nevadas en el Pirineo que se volverán a repetir hoy con mayor intensidad. En el resto del territorio, mientras tanto, se ha producido un acentuado descenso térmico que se agravará considerablemente el martes que viene, con la entrada de flujo del noreste. No se produjeron incidentes en el tráfico, pero el fuerte viento obligó a las estaciones a cierres parciales de pistas, mientras que Llanos del Hospital no llegó a abrir.

Este recrudecimiento del invierno ha venido acompañado de fuertes vientos que ayer hicieron bajar la sensación térmica en Zaragoza y en el resto de Aragón a niveles inferiores a cero grados centígrados.

De hecho, la provincia de Huesca se halla en situación de alerta naranja, con posibilidad de se produzcan rachas de viento que pueden alcanzar los 110 kilómetros por hora en el Pirineo.

Las nevadas son copiosas y han aumentado considerablemente el manto blanco de las estaciones de esquí. Sin embargo, el tiempo revuelto, que provocó rachas de viento muy fuertes y ventiscas, obligó ayer a los centros invernales de Cerler, Astún-Candanchú y Formigal-Panticosa a cerrar las pistas más expuestas, con el consiguiente descenso de kilómetros esquiables.

En algunas estaciones se alcanzaron ayer temperaturas mínimas de 10 grados bajo cero, con una sensación térmica de incluso menos 20 grados. Para los próximos días se pueden producir precipitaciones que dejarán hasta 35 centímetros adicionales de nieve.

NEVADAS EN EL ESTE

Precisamente el blanco elemento complicó ayer la circulación en los accesos a Candanchú, Cerler, Formigal y el túnel de Bielsa. En todos esos tramos fue preciso el uso de cadenas o neumáticos de invierno en algún momento de la jornada, una situación que se repetirá hoy muy probablemente.

Este episodio de frío cambiará el jueves día 19 en que se podría experimentar otro cambio con la entrada de aire de componente este, más húmedo, que podría traer nevadas a la zona de la comunidad que limita con Cataluña y la Comunidad Valenciana. Esta situación favorecerá la caída de nevadas en las estaciones de esquí turolenses, que hasta ahora han quedado al margen de las precipitaciones.

En cuanto a Zaragoza, el cierzo hizo bajar las temperaturas hasta los cuatro grados, con una máxima de nueve.