Llega el frío y, con él, los guantes, bufandas y otras prendas de abrigo. Todas ellas se quedarán en la percha hasta, al menos, el recreo. O no. Porque algunos colectivos advierten de que en algunos centros es preciso protegerse contra las bajas temperaturas incluso en plena clase. De hecho, CGT ha iniciado una campaña para evitar lo que, en su opinión, viene ocurriendo a lo largo de los últimos cursos. "Los recortes económicos a los centros han provocado que haya estudiantes con abrigos y guantes en clase", insisten.

Por eso, exigen a la Administración "el cumplimiento de la legislación sobre temperaturas en los puestos de trabajo" a través de una campaña que consistirá en la presentación de solicitudes en las Juntas de Personal y mesas sectoriales y el envío de cuestionarios para la toma de temperaturas a las centros educativos públicos y a las asociaciones de padres. "Debido a los recortes en el dinero destinado a la gestión económica de los centros, o a la tardanza en recibir ese dinero, estos se ven obligados a tomar medidas de racionalización de gastos y una de ellas es el uso de las calefacciones, retrasando la hora de puesta en marcha, parándolas en los recreos, o no poniendo la calefacción en espacios abiertos como pasillos, comedores o gimnasios", asegura CGT, que añade que "por el contrario, en el mes de junio, las temperaturas en los centros son excesivas, llegando a tener más de 30 grados en las aulas.Todo ello afecta directamente a los estudiantes y a los docentes, ya que puede llegar a incumplir la legislación que marca un arco de temperaturas entre 17 y 27 grados".

También los padres elevan la voz para mostrar su preocupación por las condiciones con las que sus hijos harán frente al frío. Es el caso del colegio Foro Romano de Cuarte, cuya AMPA denuncia que "el régimen de austeridad y recortes presupuestarios hace que los alumnos de cuatro años, que en este centro están escolarizados en barracones, tengan que llevar un cojín a clase cuando llega el frío por el simple hecho de que el suelo de estas aulas prefabricadas no cuenta con el debido aislamiento térmico y es demasiado frío para que los niños puedan sentarse directamente sobre él, como hacen todos los días en la asamblea al empezar la clase", explican desde la asociación.