Los funcionarios de la prisión de Zuera frustraron ayer el primer intento de fuga saltando los muros de seguridad que se registra en este centro penitenciario desde que se puso en funcionamiento hace tres años. En la tentativa de evasión participaron dos reclusos que consiguieron saltar el primero de los cinco muros que rodean el recinto.

Los hechos ocurrieron a las cuatro de la tarde, cuando los prófugos, originarios de Barcelona y Alicante, respectivamente se encontraban en el patio. Para saltar el muro se ayudaron de unas mesas y sillas, que les permitieron saltar al otro lado.

Sin embargo, los sistemas de alarma empezaron a funcionar y ambos presos fueron reducidos por los funcionarios sin que apenas presentaran oposición, tras comprobar que no tenían ninguna posibilidad de éxito.

Según informaron fuentes penitenciarias, los reclusos implicados en la tentativa, que cumplen penas por delitos contra la propiedad, estaban destinados en el módulo once de la prisión, unas dependencias que acogen a internos que solicitan protección de otros presos. Este es el motivo de que estuvieran en el patio a primera hora de la tarde, ya que no se pueden mezclar con el resto de los internos.

Estas mismas fuentes estimaron que los presos no tenían ninguna posibilidad de sortear los otros cuatro muros de seguridad, donde no contaban con mobiliario ni otros elementos en los que apoyarse para saltar.

Tras el intento de fuga, los dos presos fueron recluidos en celdas de aislamiento. Cuando se producen incidentes similares, los implicados son sometidos a medidas disciplinarias, según el régimen penitenciario, por lo que es previsible que sean trasladados a otra prisión española para seguir cumpliendo sus respectivas condenas.

Se trata del primer intento de evasión saltando los muros que se produce en Zuera desde su inauguración hace tres años. En este tiempo sólo ha tenido éxito una fuga, registrada hace poco más de un año. En aquella ocasión, el preso fugado era una persona a la que le quedaban escasas semanas para obtener la libertad condicional.

Como recluso de confianza, el implicado realizaba labores de jardinería y se fugó en el momento en que estaba realizando uno de estos trabajos en el exterior del recinto. El preso fue detenido días más tarde y en la actualidad está terminando de cumplir su condena en una cárcel de Cataluña.

El salto de muros para huir era un procedimiento utilizado en algunas ocasiones en la antigua prisión zaragozana de Torrero. La última fuga de estas características con éxito se registró en 1994, protagonizada por el recluso José Romea Chuliá, un experto fuguista que volvería a ser detenido semanas más tarde y que falleció posteriormente por enfermedad en otra cárcel.