El acusado, Bernardino Correa, de 60 años, tomó ayer la palabra al final del juicio para defender su inocencia. "Pienso que iba bien", dijo, visiblemente emocionado, a la juez del Juzgado de Instrucción número 5, a la fiscal y a los cuatro acusadores públicos sentados frente a él. "Era responsable de mi vehículo", continuó entrecortadamente. "Fue un mal día, un día desgraciado, nada más". "Bernardino lo ha pasado muy mal los cinco años que han pasado desde el accidente", señaló antes del juicio su abogado, Francisco Carrera. "Ha necesitado asistencia psicológica y su mujer y sus hijos se han volcado con él para ayudarle a superar el trauma", añadió el letrado, que precisó que la empresa de su cliente era "pequeña, de carácter familiar".