Las calles de la localidad de Cetina se iluminaron en la medianoche del sábado con el fuego de las antorchas de su tradicional Contradanza, una recreación que tiene más de 400 años y que, una edición más, congregó a miles de personas.

La Contradanza se cree que no se ha dejado de representarse ni un solo año en el municipio. Al menos se sabe con seguridad que no ha dejado de hacerlo en los dos últimos siglos, ni siquiera durante la Guerra Civil.

En la gran cita varios jóvenes bailaron a la luz de las antorchas formando distintas figuras como sillas, camas o tijeras. En el 2012, el Gobierno de Aragón le otorgó el título de Bien de Interés Cultural. En total, los danceros representan 32 figuras alegóricas donde el personaje llamado el diablo es el que dirige el baile con sus palmadas y órdenes. Los participantes en este dance de tradición representan la oposición entre el amor y el odio, mientras que cada sector de la población desempeña una función.

La plaza de Cetina apagó su luces casi en la medianoche y entonces fue el momento de la representación de escenas como El retablo, El castillo, Los banquillos o El afeitado. La preparación de estas escenas requiere casi un mes de ensayos por la dificultad y coordinación de las mismas.

La indumentaria es una de las características más significativas: cuatro figuras visten con casaca y pantalón negro con adornos blancos, en su mayor parte vegetales, y cuatro invierten en negativo fondo blanco con apliques negros.

El diablo va todo de rojo, con adornos blancos de motivos vegetales y puntillas, es el único que lleva cara descubierta con patillas y perilla pintadas de negro, coronando la cabeza una gran boina. Los contradanceros cubren el rostro con caretas blancas y pintura negra señalando los rasgos. «El valor como patrimonio cultural inmaterial de la Contradanza es incuestionable por su singularidad y excepcionalidad como elemento del folclore, la implicación de la población en su preparación y desarrollo y el relevo generacional existente», destaca el Gobierno de Aragón.