El distrito de Las Fuentes por fin pudo respirar ayer y despertar de un mal sueño que apenas ha durado unas pocas semanas. El que ha vivido después de ver como el PSOE, impulsor de un proyecto que llevaban demandando desde hace más de dos décadas, impedía la licitación de las obras para la construcción de 80 viviendas sociales que tantas veces habían reclamado. Que se lo pregunten al que fuera presidente del distrito, el socialista Laureano Garín, durante varias legislaturas, o a la actual, Marta Aparicio, cuando acudió al barrio para anunciar su impulso inminente, si esta iniciativa era necesaria, urgente o prioritaria. Ahora eso queda definitivamente fuera de toda duda.

La tranquilidad se instala en este enclave donde confluyen las calles Fray Luis Urbano y María de Aragón para dar a luz un proyecto que ofrecerá 80 pisos destinados a jóvenes, personas mayores o familias monoparentales en un barrio especialmente deprimido en cuanto a inversiones, que completará con una integración digna con su principal zona verde, el parque Torre Ramona, y un espacio público para organizar actividades colectivas.

La irrupción de Zaragoza en Común en el Gobierno de la ciudad supuso el primer sobresalto para el proyecto, allá por el mes de julio del 2015, al paralizar una licitación que ahora se relanzará. Con un cambio significativo: aquel concurso público se impulsó pensando en la cesión del derecho de superficie a la iniciativa privada. Antes se pensó en una residencia en la planta baja que ejercería como motor económico. Ahora ya no cabe la colaboración público-privada, muy a pesar del PP, que ve un coste excesivo en este tipo de iniciativas con claro carácter social. El único promotor será el consistorio.

Así que el concejal delegado de Vivienda, Pablo Híjar, anunciaba que en el 2019 será por fin una realidad en las Fuentes. Un proyecto que se licitará en los próximos meses y que, entre adjudicación y ejecución de las obras --que comenzarán este año--, empleará «unos dos años». No está tan claro, admitía ayer el edil, que pueda estar finalizado antes de que concluya la actual legislatura. Aunque el escenario ya es más halagüeño que para el proyecto de Pontoneros, para el que el reloj se ha vuelto a parar.

Junto a Híjar ayer estaba quien mejor conoce este proyecto constructivo, Ángel Comeras, de CAB Despacho de Arquitectura, quien explicó los entresijos de un edificio en el que se prevé invertir, según el expediente, 8.011.341 euros, de los que el ayuntamiento aportará 1.505.216, la sociedad Zaragoza Vivienda otros 1.175.257, y el resto, 5.330868, llegará de la mano de un préstamo hipotecario a 30 años con dos años de carencia.

La planificación incluye la explotación por un periodo de 50 años en los que los beneficiarios de estos 80 pisos, que escogerá la propia sociedad, podrán disfrutar de ellos, de 45 metros cuadrados de superficie de media, abonando menos de 300 euros mensuales. A 5 euros por metro y otros 1,5 por cada uno de las zonas comunes. Con ellos se pagará el préstamo.

Aparte, se ofrecerá una subvención de 880.000 euros en 25 años para cubrir los déficits de explotación --35.200 anuales--, y se crearán espacios polivalentes en la planta baja y en cada una de sus cuatro alturas. Incluido un restaurante cafetería que costará 56.071 euros a explotar en régimen de concesión.

La «flexibilidad» de estos espacios es lo más destacado, según Comeras, en un proyecto que, además, cuenta con un aparcamiento en la parte trasera y una amplia zona verde en las inmediaciones y accesos.