Los centros de salud zaragozanos han tenido que afrontar en las últimas dos semanas una pequeña epidemia de gastroenteritis no demasiado grave en cuanto a sus efectos pero sí bastante molesta. Los médicos sospechan que se trata de un virus estacional cuyo contagio se ha propiciado gracias al cambio de las temperaturas, según explicaron fuentes de la DGA.

Y aunque la mayoría de los casos ha remitido con reposo y se ha solucionado sin necesidad de atención sanitaria, los médicos de familia han atendido a varios pacientes cada día por este motivo, aunque se trata de un fenómeno "normal" en esta época del año.

Según explicó ayer el doctor Ramón Campos, médico de familia del centro de salud Actur Sur de Zaragoza, "el brote comenzó a manifestarse hace unas dos semanas y parece haber alcanzado ya su pico e incluso haber empezado a remitir".

Se trata de "episodios autolimitados", es decir, que remiten solos, "cosa que ocurre habitualmente en un periodo de unos tres o cuatro días" sin necesidad de medicación.

La enfermedad cursa con malestar general, vómitos y diarreas y, como se transmite "por vía respiratoria", es un virus "muy contagioso", lo cual explica que el cambio climatológico de la llegada del otoño pueda haber favorecido que pase de unas personas a otras con más facilidad.

En la mayoría de los casos, este brote no ha requerido intervención de los médicos, de ahí que Salud no disponga de un cálculo exacto de las personas que lo han sufrido. "Con una cierta lógica, dieta, reposo e hidratación la enfermedad remite sola y, en general, sólo hemos tenido que atender a aquellos que corrían más riesgos o tenían molestias importantes", explica el doctor Campos. "Incluso se puede recurrir a preparados caseros de soluciones salinas, con agua, limón y azúcar".

Es especialmente importante hidratarse, principalmente, "para compensar la pérdida de agua y sales minerales del propio organismo" y evitar otras complicaciones derivadas fundamentalmente de la falta de potasio, calcio, cloro y sodio en el cuerpo. También es recomendable vigilar de forma más especial la evolución de ancianos y niños, que fácilmente pueden verse afectados por este virus, por tener un sistema inmune menos eficaz.