Los efectos de las dos borrascas que se ciernen sobre la península Ibérica se dejaron sentir ayer de forma especial en las provincias de Huesca y Zaragoza, que continúan en situación de alerta ante el riesgo de que se produzcan copiosas nevadas a partir de los 400 metros. Las temperaturas bajaron significativamente y en las zonas de montaña se registraron heladas. Además, el fuerte viento que sopló en el valle del Ebro hizo que la sensación térmica fuera muy inferior a la temperatura real.

Después de un tiempo seco o lluvioso que había reducido considerablemente la masa de nieve en el Pirineo, en la tarde y noche de ayer nevó intensamente en las estaciones de esquí oscenses, desde Candanchú y Astún hasta Cerler. En el Somport, la nieve llegó acompañada de una fuerte ventisca. "Es una suerte", comentaron en Aramón Cerler. "Llevábamos algún tiempo con nieve de cañón y parece que por fin vamos a tener una buena capa de nieve natural para esquiar".

La nieve obligó a cerrar el puerto de montaña de Portalet y complicó la circulación en el acceso a Cerler, en Huesca, pero apenas tuvo incidencia en Zaragoza y Teruel, donde hoy podría haber precipitaciones a partir de los 600 metros.

Para mañana se esperan nevadas desde la cota de los 400 metros en el norte de Huesca. En el resto de Aragón, las precipitaciones serán de lluvia a medida que avance el día.

A partir del sábado, la cota de aparición de la nieve subirá por encima de los 1.600 metros y se esperan lluvias en prácticamente todo el territorio aragonés. El tiempo lluvioso se prolongará a lo largo del domingo y del lunes.

Protección Civil recomienda llevar cadenas y ropa de abrigo suplementaria a quienes viajen por Aragón este fin de semana.