Después de las altas temperaturas llegan las fuertes tormentas con granizado. Es lo que pasó ayer en la localidad zaragozana de Fuendetodos, donde el pedrisco causó la caída de ramas de árboles, tejas, rompió cristales y abolló prácticamente todos los coches que estaban aparcados en la calle, además de destrozar las cosechas de los campos que rodean a este municipio. Los vecinos del municipio aseguraron que llevaban años sin sufrir una granizada de este tipo.

El cielo amenazó al mediodía, cuando comenzó a llover y el pedrisco apenas duró cinco minutos. «De repente se han empezado a escuchar golpes tremendos, como si tiraran piedras», explicó el alcalde Enrique Salueña a Europa Press. Otras localidades como Villanueva de Huerva, Cariñena, Aguilón o Paniza sufrieron la misma suerte durante la tarde de ayer, donde cayeron bolas de hielo de gran tamaño que, en el caso de Fuendetedos, parecían «nueces», precisó el primer edil de Fuendetodos, que aseguró que para romper las tejas el impacto tenía que ser muy fuerte.

Además del mobiliario público, también afectó a canalones, caminos, corrales y sobre todo se cebó con los cultivos fueron los más afectados ya que muchos resultan inservibles después de los golpes de la piedra.

El Villanueva de Huerva se prolongó durante casi una hora y el granizo arrasó con todo lo que pudo. Los efectos podían verse tanto en los tejados de uralita, como en las lunas de los coches, muchas agrietadas, así como en las persianas de las casas. Lo mismo sucedió en Aguilón, que también sufrió los efectos de las tormentas de verano.

El motivo de estos pequeños temporales está directamente relacionado con una pequeña bolsa de aire frío que provocó chubascos y tormentas con granizo de buen tamaño por distintos puntos de la comunidad. Son particulares y concretas que mantuvieron su amenaza durante toda la noche. Para hoy se descartan nuevas granizadas, aunque las temperaturas, por ahora, tampoco volverán a alcanzar ni a superar los 40 grados.