Las fuertes tormentas que tuvieron lugar ayer en distintas zonas de Aragón obligaron a desalojar siete campamentos en el Pirineo, en los términos de Aísa, Plan de Escún (valle de Chistau), Pineta (Bielsa) y Canfranc.

El primer desalojo se produjo cerca de Aísa, en la comarca de la Jacetania, en el campamento de los scouts zaragozanos del barrio de Santa Isabel. Poco antes de las ocho de la tarde la tormenta inundó las tiendas y tuvieron que ser rescatados por agentes forestales y de la Guardia Civil. Tras lo sucedido, el propio pueblo de Aísa puso a disposición del grupo una nave para que los rescatados pasaran allí la noche.

Las fuertes lluvias que prosiguieron durante la tarde y comienzo de la noche de ayer llevaron al parque de Bomberos de Boltaña a evacuar tres campamentos más en Plan de Escún, en el valle de Chistau. Los 300 niños que se alojaban en tiendas de lona fueron llevados al polideportivo del pueblo en taxis.

El valle de Pineta, en el municipio de Bielsa, también sufrió los efectos del temporal. Otro campamento infantil en el que disfrutaban de sus vacaciones 27 niños tuvo que ser realojado de urgencia en un salón multiusos. Los 10 monitores, junto a todos los pequeños, fueron trasladados en vehículos propios.

El parador de la localidad, en el que se alojaban 85 personas, vio cómo volaba la tienda que hacía de comedor común. La Guardia Civil tuvo que atender la emergencia y hacerles llegar unas tiendas nuevas.

El último desalojo tuvo lugar en Canfranc. Los 58 niños y los 7 monitores del campamento Peñarroya fueron trasladados al polideportivo del pueblo en coches de la Benemérita y de Protección Civil.

Además, durante el día de hoy Fernando Peña, director gerente del Instituto Aragonés de la Juventud, visitará todos los campamentos afectados.

Más al sur, en la provincia de Zaragoza, una fuerte pedregada que descargó entre Zuera y Villanueva de Gállego provocó la salida de cuatro vehículos que circulaban por la autovía Mudéjar (A-23), sin que se registraran daños personales, solo de chapa.

En el Bajo Aragón cayó por la tarde otra pedregada. Se vio afectada especialmente la localidad de Calanda, donde se registraron seis litros de lluvia por metro cuadrado y las calles quedaron cubiertas de granos de granizo tan grandes como huevos.

Todavía no se ha realizado una evaluación de los daños, pero es posible que las huertas y los cultivos de melocotón más próximos al casco hayan registrado graves pérdidas.