El túnel de Somport volvió a cerrarse ayer al paso de vehículos, esta vez por una fuga de propanol detectada en un camión cisterna estacionado en un párking existente cerca de la boca norte.

El suceso se produjo algo más de 24 horas después de otro periodo de cierre que tuvo lugar entre el lunes y el miércoles pasado como consecuencia de un accidente mortal en el que se vio implicado un camión cargado de clorito de sodio, cerca de la localidad de Etsaut.

La fuga de ayer ocasionó la clausura del túnel entre las 16.00 y las 18.30 horas, pero se habilitó como vía alternativa la antigua carretera N-330 por el puerto de Somport. Aun así, se formaron pequeñas retenciones de vehículos a ambos lados de la infraestructura subterránea.

Los servicios de emergencia franceses se desplazaron al lugar donde se hallaba aparcado el tráiler y comprobaron que este presentaba una pérdida de propanol, gota a gota, en una de sus válvulas. Tras reparar la fuga, el camión pudo reemprender la ruta a las 18.40 horas, según informó el diario La République des Pyrénées, que señaló que no se había constatado ningún impacto en el medio ambiente. El propanol, utilizado para la fabricación de disolventes, como antiséptico y componente del líquido de frenos, está clasificado como una mercancía peligrosa.

PREOCUPACIÓN / Este incidente, de importancia menor en principio, causó preocupación entre los habitantes del valle de Aspe, que el pasado miércoles se manifestaron en una rotonda de la RN 134 para exigir que se incrementen las medidas de seguridad en la vía y se establezca algún tipo de restricción al paso de camiones.

En su opinión, el aumento de los accidentes en la carretera está directamente relacionado con el incremento del tráfico de vehículos pesados entre España y Francia por el Somport, circunstancia que se debe en gran medida a la reactivación de la economía española y también a la imposición de una ecotasa a los vehículos pesados que utilizan la A-1 por el País Vasco.

Los residentes protestan porque los camiones circulan «a una velocidad elevada» y sin respetar las señales de limitación. Asimismo, temen el impacto en el medio ambiente que puede tener el flujo de vehículos pesados.

De hecho, en el suceso del pasado lunes, el tráiler implicado vertió al río alrededor de 12.000 litros de clorito de sodio, una sustancia muy contaminante usada para el blanqueo del papel. Y ahora las autoridades francesas se afanan en eliminar los restos que han quedado por el río Aspe, donde se ha registrado una elevada mortandad de peces.