La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha sido este año, con casi 28.000.000 de euros, la entidad no lucrativa que más dinero ha aportado a la lucha contra la enfermedad, en palabras de su presidenta Isabel Oriol en la jornada divulgativa que tuvo lugar ayer en de Zaragoza. "Queremos fomentar la investigación del cáncer" afirma, ya que considera vital la concienciación de la sociedad civil para que los recortes en investigación, cuyo presupuesto está a niveles de 2005, no frenen el ritmo de avance de la lucha contra este mal.

Conseguir curar el cáncer, enfermedad que sufren 25.000.000 de personas en todo el mundo, es el gran objetivo que se marcan, según el doctor Julio Lambea. Cada año se detectan 80.000 casos nuevos de esta enfermedad en nuestro país, que afectará a uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres, razón por la que la fundación trata de implicar a toda la sociedad.

La AECC, según el último informe anual de su fundación científica, recibe el 90% de sus ingresos directamente de aportaciones privadas , un 9% de patrocinadores y un 1% de ingresos financieros. De este dinero el 93% es destinado a investigación y el 7% a gastos denerales de funcionamiento.

TRANSPARENCIA

Uno de los principios más férreos que siguen a la hora de conceder las 151 ayudas públicas a la investigación es la transparencia. Todo se otorga mediante concursos públicos, de forma competitiva, con evaluaciones externas y con unos procesos extremadamente rigurosos y transparentes. No solo en la adjudicación, en el seguimiento y en la productividad, llevando a cabo un seguimiento de principio a fin.

Además, destaca Isabel Oriol, se está "contribuyendo a la estabilidad laboral de casi cien investigadores en España", hecho muy importante ya que supone contribuir "a una estructura científica que corresponde a un país de progreso y desarrollo como debería ser el nuestro", y "evitar que por las circunstancias se pierda el talento". El doctor Alberto Jiménez sostiene que los investigadores en biomedicina españoles son muchos y de alta calidad, ya que en su etapa en Nueva York supo que más de 400 residían en la ciudad norteamericana.