La Fundación Santa María de Albarracín creará una empresa para intervenir en trabajos de restauración de patrimonio mueble e inmueble tanto de instituciones como de particulares. El vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Angel Biel, dijo ayer en Albarracín que esta nueva iniciativa de la fundación permitirá rentabilizar la infraestructura de que se dispone y el personal formado en restauración. Biel acudió ayer a Albarracín a participar en el acto protocolario en el que se le instituyó como hijo adoptivo de la ciudad.

Mientras, el gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, señaló que en unos unos corrales de propiedad municipal existentes al pie del castillo, con fácil acceso de vehículos, se instalarán los talleres para ejercer estos trabajos. La gestión de la actividad empresarial se llevará a cabo desde la fundación con sus propios medios administrativos y como trabajadores se contarán con los alumnos que se han formado en los distintos talleres de restauración.

PRIMEROS PASOS La supervisión de los trabajos que se contraten será llevado a cabo por los profesores especialistas que imparten los cursos y cualquier encargo que se acepte tendrá que ser aprobado por el patronato. En 2005 podrían darse los primeros pasos para poner en marcha esta actividad y puso como ejemplo las pinturas de la iglesia parroquial de Valbona cuya restauración podría acometer la Fundación Santa María.

Con motivo de las fiestas patronales de Albarracín, la fundación abrió ayer a los turistas el castillo de origen árabe que domina la parte más elevada del cerro sobre el que se asienta esta población turolense. En la excavación del castillo se han recogido unos 600.000 fragmentos cerámicos, los más antiguos de los cuales datan de los siglos X y XI, en plena etapa de ocupación islámica.

También se han catalogado bolas de piedra que fueron utilizados como proyectiles de catapulta en las guerras entre Castilla y Aragón en el siglo XIV, restos de huesos humanos y de animales. Aunque la presencia musulmana en Albarracín está documentada en el año 735, los restos más antiguos no van más allá del siglo X, periodo de máximo esplendor de los reinos taifas en este lugar.

El castillo fue utilizado por los señores cristianos y constituyó un acuartelamiento desde la época de los Reyes Católicos y Felipe II hasta las guerras carlistas. Las diversas ocupaciones han hecho variar profundamente su estructura original y buena parte de las construcciones más antiguas. El Gobierno de Aragón a través del Instituto Aragonés de Fomento adquirió el castillo en 1992.