El próximo domingo se abre la media veda de caza en Aragón con algunas novedades en el plan general, como intensificar el control en las actividades cinegéticas en la lucha contra el furtivismo o facilitar las tramitaciones administrativas de las solicitudes para el ejercicio de la caza.

Según ha señalado en rueda de prensa el director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca del Gobierno de Aragón, Ángel Berzosa, especies como la codorniz o la tórtola común, limitadas por la consideración de ser migratorias, podrán empezar a cazarse, con las autorizaciones oportunas, a partir del 12 de agosto, periodo que durará hasta el tercer domingo de septiembre, en el que la media veda pasará a ser veda de caza general, sufriendo un "retraso" en cuanto a años anteriores con motivo del cambio climático.

Uno de los objetivos que se ha marcado el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad para esta temporada es la puesta en marcha de diversas actuaciones en materia de control de la actividad cinegética para evitar algunas malas prácticass como el furtivismo.

Hasta ahora se contabilizan 120 infracciones. No obstante, no se descarta el aumento con el comienzo del periodo de caza, ya que el furtivismo, en ocasiones, va ligado "al aumento de población de algunas especies".

Además, durante el periodo estival "mucha más gente va al pueblo" y realiza la actividad o usa recintos de caza mayor sin autorización, ha explicado el director general.

Por este motivo, los Agentes para la Protección de la Naturaleza y miembros del Seprona han revisado la señalización de los terrenos de caza para un "mejor uso" de estos y han aumentado la vigilancia en el cumplimiento de la normativa, ha evidenciado Berzosa.

Además, el nuevo plan general también hace hincapié en que la tramitación de las solicitudes para el ejercicio de la caza se resuelvan "lo más rápido posible", ha indicado Berzosa, con la finalidad de controlar "aquellas especies que ejercen algún daño para la agricultura", como el jabalí o el conejo, creando así una relación entre el cazador y el agricultor.

En estos momentos la tendencia en cuanto a número de licencias para la caza es "a la baja", contabilizándose 50.000. En cambio, la pesca ha sufrido un repunte con 70.000 licencias expedidas.

Barzosa ha recordado que la práctica sin licencia autonómica, sin autorización del titular del terreno cinegético o el incorrecto uso de los precintos para aquellas especies de caza mayor que lo precisen pueden calificarse como infracciones graves e incluso muy graves, en razón de la especie capturada.