La posible absorción de Bankia por parte de CaixaBank tendría un impacto limitado en las plantillas que las dos entidades tienen en Aragón, donde apenas se dan duplicidades entre sí. Al contrario de lo que puede ocurrir en otros territorios, como Madrid, Valencia o Baleares, los sindicatos no temen que esta operación —que todavía no se ha cerrado— pudiera provocar una importante pérdida de puestos de trabajo en el ya diezmado sector bancario de la comunidad.

Los ajustes laborales que se llevarán a cabo si la fusión prospera no afectarían de lleno a Aragón por el bajo peso que el banco madrileño tiene aquí, según coinciden en señalar los sindicatos del sector. Bankia cuenta con solo nueve oficinas, siete de ellas en la ciudad de Zaragoza y una en cada una de las capitales de Teruel y Huesca. La plantilla es de 63 trabajadores y su cuota de mercado regional no llega al 2%.

CaixaBank sí tiene una fuerte implantación en la comunidad, con una cuota que ronda el 12%. Su presencia se reforzó en el 2014 con la compra de Barclays, el grupo heredero del desaparecido Banco Zaragoza. La entidad catalana tiene actualmente unos 414 trabajadores y 78 oficinas, según datos de la empresa. Esto, tras las sucesivas reestructuración internas llevadas a cabo en los últimos años. La última de ellas, hace un año con un ERE basado en prejubiliaciones que supuso la salida en la comunidad de 37 empleados mayores de 56 años.

«No creo que vayan a aplicarse medidas drásticas en Aragón porque no se dan grandes duplicidades», afirma Pedro Romanos, delegado de UGT Aragón en Caixabank. Aunque la fusión es todavía una posibilidad, cree que los «indicios» apuntan a que pronto será una realidad. «Van en serio», añade. Si así ocurre, considero que la prioridad a nivel sindical será que se «conserve el 100% del empleo».

«Creo que en Aragon a nivel de empleo no puede repercutir excesivamente», señala Carlos Serrano, responsable del sector financiero de CCOO Aragón. El problema, agrega, estará en otros territorios donde sí se dan grandes solapamientos. Aún así, augura que la convulsión de la actividad bancaria iniciada con la crisis del 2008 va a continuar. «Estamos expectantes porque creemos que habrá más fusiones. Esperamos movimientos», asegura. «El covid está acelerando estos procesos de digitalización. El sector va hacia otro modelo de banca y lo estamos viendo inminente», explica.

El sector bancario de Aragón tiene hoy casi un tercio menos de trabajadores que hace diez años, un reducción en línea con la registrada en la red de oficinas. Al cierre del 2019 había 7.888 empleados, 3.336 menos (-30%) respecto a la cifra de una década atrás (11.223), según datos de la Seguridad Social, que incluyen las plantillas de bancos y compañías de seguros.