Gabriel Delgado Suárez, un menor trans de 15 años, ya tiene el documento que le permite ser quien realmente es. Una resolución de la Dirección General de los Registros y el Notariado recibida ayer por su familia reconoce su identidad y ahora solo tiene que esperar al 20 de febrero para obtener el DNI que acredita su nombre.

La batalla legal que emprendió hace ocho meses, en junio pasado, ha llegado a buen puerto. Inicialmente el Registro Civil de Calatayud se opuso al cambio de nombre, pero, poco después, una nueva norma emitida por el Ministerio de Justicia le ha permitido superar aquel escollo mediante la presentación de un recurso que ha obtenido una respuesta positiva. «Estoy viviendo este momento con mucha alegría, siento que me he quitado un peso de encima», manifestó ayer Gabriel, que cursa cuarto de ESO, desde su casa de Calatayud. «Hasta ahora, mi DNI no ponía quién soy, pero ahora, cuando me den el nuevo documento, sí dirá quién soy», añadió.

Esta nueva situación legal, dijo, le «ahorrará tener que dar explicaciones». «Nadie tiene por qué saber nada de mi vida personal», manifestó Gabriel visiblemente alegre. Su situación se normaliza, por consiguiente, en el ámbito administrativo u oficial. Porque, en el plano humano siempre lo ha estado.

«En el colegio, el rollo con los compañeros siempre ha sido bueno y me he sentido apoyado en todas partes, solo faltaba este reconocimiento legal», subrayó Gabriel, que concluyó: «Estoy en una nube».

Su madre, Pilar Suárez, también mostró ayer su alegría por el éxito obtenido por su hijo, que vive como algo propio. De hecho, el primer y único revés obtenido en la búsqueda de una denominación oficial que se correspondiera con la real no le hizo desanimarse y ha apoyado a su hijo hasta el final del proceso. «Es apenas un adolescente», matizó, «y esto significa mucho para él».

Y recordó que el éxito ha llegado tras una masiva movilización en las redes sociales, mediante una campaña lanzada en la plataforma digital change.org, que ha recibido más de 200.000 apoyos.