La escritora y psicóloga aragonesa Gabriela Lardiés defiende que aceptar las emociones negativas como la tristeza y la ira no es sinónimo de debilidad, al contrario, "permitirnos sentirlas" forma parte del proceso.

Por eso, su primer cuento, "Nina y el país de los lazos de celofán" (editorial Mr Momo), ilustrado por la zaragozana Mamen Marcén, supone una crítica al perfeccionismo en un universo inventado -muy parecido al nuestro, advierte la autora- en el que "todo tiene que ser perfecto y no se puede fallar".

Ahora, este libro infantil sobre inteligencia emocional ha sido reconocido por el premio Latino International Book Awards 2020 -una iniciativa de la organización estadounidense Latino Literacy Now- como finalista en la categoría de mejor cuento infantil en español.

La autora, natural de Sabiñánigo (Huesca) y afincada en Zaragoza, donde tiene su consulta, seguirá de forma virtual la ceremonia de los premios -el 12 de septiembre en California (Estados Unidos)- y vive este reconocimiento con "ilusión y motivación" para seguir escribiendo, ya que se trata de su primera publicación.

Además, como destaca en una entrevista con Efe, este cuento no solo pretende despertar el amor por la lectura, sino que supone un recurso pedagógico, ya que los educadores pueden descargar de forma gratuita material complementario para trabajar estrategias en el aula.

"Mi objetivo era que de forma natural los niños aprendieran a gestionar las emociones negativas, pero, a la vez, es una crítica al optimismo obligatorio que hay, en el que parece que siempre tengamos que estar bien", señala Lardiés que, tras más de dos décadas de consulta con adolescentes y adultos ha escuchado demasiadas veces la frase de "ojalá hubiera sabido todo esto de pequeño".

En el relato, la protagonista vive en un país donde está prohibido expresar las emociones negativas. Nina se encuentra perdida hasta que descubre, de la mano de la señora Josefina, "la magia que necesita".

Y es que el cuento, a través de las vivencias de su protagonista, trata de poner freno a la presión que supone el perfeccionismo, la autocrítica destructiva y la búsqueda constante de aprobación.

La psicóloga ha buscado plasmar de forma adaptada lo que día tras día utiliza en terapia: "Es como si hubiéramos aprendido que el control emocional es el control de la emoción, cuando lo que podemos controlar es la actitud o los pensamientos con los que enfrento una situación".

"Las emociones negativas van a estar allí, no las podemos tapar porque al final lo que hacen es controlarnos. De hecho, muchos de los problemas de ansiedad o depresión tienen que ver con ese tipo de cuestión", sostiene.

Y aunque parezca que "solo nos influyen las situaciones, la forma de afrontarlas es fundamental", ilustra la autora, quien trata de inculcar en el libro la importancia de no trabajar directamente con las emociones, sino con qué estoy pensando a través del autodiálogo.

"En otros libros ya se hablaba de las emociones, pero no se trabajaba la importancia del autodiálogo, había ese vacío en la bibliografía infantil", concreta la escritora, que define este término como "el narrador de nuestra historia: nuestros pensamientos desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos".

Entre todas esas cosas que pasan por nuestra cabeza, "analizamos, practicamos la autocrítica o nos comparamos con los demás", por lo que si no tendemos a ese autodiálogo "es como si metiéramos piedras en la mochila".

Lardiés, que lleva años publicando en su blog, reconoce que en este cuento ha unido a su faceta de escritora la de psicóloga, para introducir herramientas para gestionar las emociones negativas que, irremediablemente, forman parte de nuestra vida.

Tras la publicación de "Nina en el país de los lazos de celofán", continúa escribiendo, esta vez, un poemario infantil, "Versos para soñar despiertos", que verá la luz en otoño.

Para ilustrarlo contará de nuevo con Mamen Marcén, la artista que ha dado vida sobre el papel a Nina, y sin la que este galardón no hubiera sido posible, subraya la escritora.