Los vecinos de la Galliguera, en el cauce medio del río Gállego, quieren exhibir unidad a la hora de afrontar el debate para actualizar el Pacto del Agua que el Gobierno de Aragón quiere afrontar en las próximas semanas. Por el momento han anunciado una protesta por las calles de Huesca (que será el domingo 23 de febrero) y reiteran que mantener el proyecto del pantano de Biscarrués es contrario «a un desarrollo sostenible basado en un río vivo que mantiene economía y población».

En una comparecencia celebrada en el puente de Murillo de Gállego, en la carretera A-126, los miembros de la coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos y los regidores del entorno alertaron que la construcción de la presa es «contraria a la supervivencia de la zona» y recordaron que el proyecto se encuentra pendiente del Tribunal Supremo.

Consideran que hasta ahora sus mensajes se habían limitado a «declaraciones y notas de prensa», así que la mesa de trabajo será una oportunidad para hablar. Y destacan que en el pasado ya se logró reconvertir la inversión en un proyecto más pequeño, aunque tampoco estaban completamente de acuerdo.

«Por tamaño y por las exigencias de impacto ambiental debería haber sido descartado por los propios beneficiarios del sistema, pues el proyecto tiene tantas restricciones que limita al mínimo su utilidad», insistió el alcalde de Santa Eulalia de Gállego, José Antonio Casaucau, junto a su homólogo de Biscarrués, José María Giménez.

Por su parte, el alcalde de Murillo de Gállego, Juan Carlos López, puso sobre la mesa la alternativa de Almudévar para servir al sistema de riegos del Altoaragón. Destcan que en una presa de 170 hectómetros que puede ser abordada por la actual inversión pública.

Desde la propia coordinadora vecinal recuerdan que este proyecto «no está en el Pacto del Agua que tanto se reivindica» a la hora de analizar las bases del debate que está a punto de iniciarse. «Se están dando cuenta ahora de que parte del desarrollo hídrico no es sostenible, por eso habría que limitar el gasto en dinero público en obras que son inviables», señala el regidor de Murillo.

«Los argumentos de nuestro territorio llevan años sobre la mesa», zanjó el alcalde de Santa Eulalia. Así insisten en que el río en este momento tiene un gran número de empresas que trabajan en el propio cauce y que se ha desarrollado una economía turística que se basa en ese tipo de aprovechamientos.

En este contexto, la asamblea de la coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos celebrada el lunes, quisieron destacar que no están «en contra de los regantes» ya que buscan «luchar por el medio ambiente, por el sustento económico de las aguas bravas, sin consumir ningún hectometro, y así generar riqueza».