El ganadero José María Cortinat, vecino de Castanesa (municipio que pertenece a Montanuy) plantó cara a un oso el pasado miércoles cuando este intentaba atacar a su rebaño de ovejas en lo alto del valle. El pastor, pese a la situación, no dudo en sacar un par de instantáneas al plantígrafo, que sobrepasó el vallado eléctrico y llegó a ponerse de pie a escasos metros de Cortinat.

El ganadero subió a la montaña para encerrar a su rebaño y se topó con el animal. Le gritó para ahuyentarlo y, finalmente, este volvió a saltar el pastor eléctrico y se marchó. Antes, Cortinat le fotografió con su móvil para que le creyeran. «Cuando me lo contó por la noche no me extrañó. Tenemos que convivir con esto, nos hemos manifestado contra la política de reintroducción de los osos porque nos afecta a la gandería, pero nadie hace nada», decía ayer a este diario Amado Cortinat, hermano del ganadero. Este diario intentó contactar con el pastor que plantó cara al oso, sin éxito. «Son una familia que vive por y para el monte, para sus ovejas y sus animales. Hoy (por ayer) habrá vuelvo a subir al valle y allí no hay cobertura», señaló Esther Cereza, alcaldesa de Montanuy.

Es la primera vez en Aragón que un pastor se enfrenta, tan cerca, a la presencia de un oso. Antes de este suceso, que ocurrió en torno a las 21.30 horas del miércoles (hora a la que habitualmente Cortinat sube a encerrar a su rebaño), se había registrado un ataque anterior. En él, una oveja resultó muerta y, aunque se pudo barajar que su autor podría haber sido un perro o el lobo, tras el suceso con el oso en la montaña todo apunta a que fue el plantígrado el causante.

El incidente en Castanesa ha provocado el «malestar y la indignación» de los vecinos de Montanuy. «Nos sentimos desolados e impotentes ante el ataque del oso. La presencia cada vez más frecuente de estos animales está dificultando la supervivencia de la ganadería extensiva», declaró Esther Cereza, alcaldensa de Montanuy.

Indignación

«Está muy bien proteger a los animales, pero también debe haber un equilibrio porque al ganadero se le hace mucho daño. Las ovejas de este ganadero (más de 2.000) podrían haberse despeñado por una ladera y esa pérdida nadie se la compensa. También se puede dar el caso de que algunas, si estaban embarazadas, hayan abortado y no paran en unos meses. Eso también son pérdida», añadió Cereza.

Los vecinos de la zona mostraron ayer su malestar por la situación en un comunicado conjunto. «La preocupación no es solo por la presencia de los osos, que se reintrodujo hace unos años, sino también por el avistamiento del lobo este último año», dijeron. «Son especies que por el momento no tienen depredadores y todos nos preguntamos como se controlará su población, ya que de momento solo tienen un nivel máximo de protección, que no tenemos los habitantes de la zona y nos enfrentamos a la presencia de estos animales», señalaron en su escrito.

«El modo de vida actual y los sistemas de manejo del ganado son incompatibles con la presencia de este animal. No hay que esperar, hay que hacer algo ya», añadió Cereza.