El informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre los hábitos alimenticios de la humanidad, que recomienda cambiar la dieta para consumir menos carne en beneficio del clima y el medio ambiente, recibió ayer una réplica por parte de los sectores de la ganadería y la agroindustria en Aragón.

El documento sostiene, entre otras cosas, que es necesario reducir el espacio dedicado a pastos, lo que requiere la implicación de los consumidores de los países ricos, que deberían ingerir menos proteínas procedentes de la carne.

Esto supondría una revolución en los hábitos dietéticos que, a su vez, podría tener un fuerte impacto negativo en la comunidad aragonesa, donde se producen anualmente 14 millones de cerdos, existe una ganadería que representa el 3,5% del PIB y además el sector genera en torno a 14.000 puestos de trabajo.

David Solano, miembro de la ejecutiva de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), subrayó que los profesionales de la ganadería de la comunidad se limitan a «hacer lo que el mercado demanda».

El ritmo de vida actual, explicó, y las exigencias laborales, han llevado a un fuerte incremento de la demanda de productos envasados y muy procesados que se adquieren en supermercados, en detrimento de las carnicerías tradicionales.

GRANJAS PORCINAS

Estos hábitos alimentarios han impulsado el crecimiento de las granjas porcinas, dado que la carne de cerdo se presta más a una elaboración que alarga su comestibilidad. No es un fenómeno nuevo, pues de hecho los cambios en las preferencias de los consumidores llevan años afectando negativamente a otros tipos de carne, como la de cordero, que llegó a ser la base de la ganadería aragonesa.

«No existe un complot internacional para imponer la carne muy procesada, se trata de una tendencia inducida por el comportamiento de los consumidores», comentó David Solano.

Por su parte, José Ignacio Domingo, de la Asociación de la Industria Agroalimentaria de Aragón (AIAA), destacó que el informe redactado por un grupo de expertos en alimentación de la ONU solo «contiene recomendaciones y no normas de obligado cumplimiento».

«En cualquier caso, se trata de un estudio que habrá que estudiar detalladamente en su versión original, no por las noticias que se difunden sobre el mismo», agregó Domingo.

Con todo, el sector ganadero aragonés considera que posee una gran capacidad de adaptación que le permitiría hacer frente con éxito a un masivo cambio de dieta. «Si el consumidor demandara menos carne y de más calidad, tenemos recursos para dar respuesta a esa petición», aseguró Solano.

El miembro de la ejecutiva de UAGA incidió asimismo en que el agua consumida por la ganadería no supone detraerla para otros usos, dado que se utiliza la que se encuentra disponible donde se halla el ganado.

Uno de los puntos clave del informe de la Organización de Naciones Unidas es precisamente que la agricultura y la ganadería industriales utilizan masivas cantidades de agua en un mundo donde el cambio climático está reduciendo de forma alarmante los recursos hídricos existentes en los países más afectados por la sequía.