Abonar dos cafés, aunque solo hayas tomado uno. Dos cortes de pelo, en lugar de uno. O pagar dos camisas, aunque solo te lleves una. Con un gesto tan sencillo como este, algunos zaragozanos -que prefieren mantener su anonimato porque también anónimas son sus acciones— han querido mostrar su apoyo a todos los comercios y establecimientos que debieron permanecer cerrados durante el estado de alarma, para cumplir con las medidas de confinamiento y distanciamiento social. Es su manera de colaborar en la salida de la crisis económica provocada por el coronavirus y, por otro lado, de agradecer a aquellos trabajadores esenciales, como los profesionales sanitarios, que han estado al frente de la lucha contra el coronavirus. En este caso, enviando regalos, como cestas de plantas o menús para comer, de manera anónima, a los centros sanitarios.

«En mi casa no ha habido ningún cambio en la situación económica durante el coronavirus, de modo que me dije que cuando fuera a la peluquería a cortarme el pelo, en lugar de pagar un corte, podía pagar dos, ya que es algo que habría hecho si no hubiera sido por la pandemia. Lo mismo con los cafés, con las plantas, o la ropa», explica una persona participante en esta inicitaiva. Pero detrás de esta ayuda económica hay un mensaje más profundo. «Igual que en estos meses el virus ha contagiado a tanta gente, y vemos que las críticas y los insultos entre los políticos también se contagian, quería contrarrestar un poco ese pensamiento negativo, porque la gente ha reaccionado de manera ejemplar frente a la pandemia, y pienso que los buenos gestos también se pueden contagiar», añade.

Y, ¿cómo reaccionan el camarero, la peluquera o la florista, cuando ven que han recibido el doble de lo que marcaba la cuenta? «Con una expresión en la cara que vale mucho más que el dinero invertido. Bastantes ojos empañados, mucha gratitud. Algunas personas me dijeron que no lo necesitaban, pero la idea es que todos podamos ayudar a quien creemos que lo necesita», cuentan.

En el caso de esta vecina de Zaragoza, su iniciativa se mantiene por dos meses, el tiempo equivalente a las semanas más duras de confinamiento. Pero es solo un ejemplo. «Otras personas han donado sus pagas extra a Hacienda, a familias que se han quedado en paro, o directamente lo han devuelto a sus empresas», explica. Anónimos generosos que ayudan a salir de esta crisis.