Llegó el acuerdo. El Consejo Interterritorial de Salud ha pactado este miércoles prácticamente por unanimidad el cierre de todas las comunidades en Semana Santa, salvo Canarias y Baleares, así como establecer un toque de queda que las comunidades podrán modular entre las 23.00 y las 6.00 horas. También se limitan el número de personas por mesa en los bares a un máximo de cuatro en el interior y seis en las terrazas, mientras que en la viviendas no podrá reunirse nadie que no sea conviviente.

En Aragón este será el principal cambio con respecto a las medidas que regían hasta ahora, puesto que en la comunidad nunca se habían prohibido las reuniones sociales en el ámbito privado. El resto de limitaciones coinciden con las peticiones realizadas desde la Consejería de Sanidad de la DGA, que había demandado que el toque de queda fuera flexible y no se marcara a las 22.00 horas, una hora antes de lo que está establecido en las tres provincias aragonesas.

Esta era pues la opción predilecta de la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, que ya ha manifestado este miércoles por la mañana cuáles eran las preferencias de la comunidad autónoma, si bien siempre desde el Ejecutivo autonómico se ha insistido siempre en la importancia de alcanzar consensos y de respetar las decisiones colegiadas del órgano interterritorial. Según ha declarado Repollés, había de partida una «mayoría abrumadora» partidaria de mantener los confinamientos perimetrales de las comunidades autónomas, mientras que persistían diferencias, por ejemplo, en el horario del toque de queda o el límite de personas permitido en las reuniones sociales.

Con respecto al acuerdo, solo Madrid ha votado en contra y una vez acabada la reunión, su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha anunciado que no aplicará el confinamiento perimetral, pero la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha sido muy clara al respecto. «El acuerdo se publicará como Orden Ministerial y será por tanto de obligado cumplimiento», ha advertido en varias ocasiones, aunque no ha querido precisar qué medidas se tomarían si Madrid persiste en su desobediencia. «Madrid estará perimetrada de iure y también de facto porque el resto de comunidades también lo estarán», ha añadido.

Asimismo, las medidas acordadas son de mínimos, por tanto, nada impedirá que alguna autonomía vaya más allá, según figura en el texto del acuerdo. Las restricciones estarán en vigor entre el 26 de marzo y el 9 de abril.

Por su parte, Cataluña se ha abstenido en la votación. Es la única que lo ha hecho, porque cree que el Gobierno español «sólo quiere actuar cuando llegan las vacaciones y el resto del año se lava las manos», han explicado fuentes de la consejería de Sanidad de la comunidad vecina.

Cierre también en San José en algunas autonomías

El acuerdo también incluye la aplicación de las medidas durante el puente de San José, entre el 17 y el 21 de marzo, en aquellas comunidades en las que es festivo: Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Extremadura, Murcia, Navarra y Galicia.

El acuerdo será de obligado cumplimiento, pero Madrid lleva días advirtiendo de su oposición a la restricción a la movilidad. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha insistido siempre en que «el cierre de regiones enteras ha de ser siempre la última opción a tomar después de haberlo intentado todo» y ha denunciado la «terrible persecución política» que, a su juicio, ha sufrido la región madrileña por su gestión de la pandemia. «Antes de cerrar que nos demuestren por qué, qué medidas se han puesto en marcha y, una vez que sea inevitable, pues tomar esa medida como se hizo, por ejemplo, en la primera ola», ha dicho Díaz Ayuso.

Con un repunte inquietante en muchos países europeos, España sumó el martes 4.013 nuevos positivos y 291 muertes, con un lento descenso de la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en 14 días, que bajó 3,2 puntos hasta los 139 casos. La presión en las ucis volvió a descender, pero muy lentamente, y se situó en el 23,2%.