El consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Fernando Gimeno, que hace apenas dos años defendía que prorrogar los presupuestos del 2016 supondría una merma de 250 millones de euros (no sucedió tras pactar con Podemos), aseguró ayer en la Comisión de Hacienda de las Cortes de Aragón que la actual prolongación de las cuentas será incluso beneficiosa. «¿Se ha dado cuenta de que un presupuestos prorrogado puede ser mejor que uno nuevo, porque el gasto es igual pero se pueden aumentar los ingresos?», espetó al diputado del PP Antonio Suárez.

El popular, junto con los diputados Elena Allué, del PAR y Javier Martínez, de Ciudadanos, habían interpelado a Gimeno respecto a los efectos que va a tener la prórroga presupuestaria en la comunidad. Entre otros argumentos, con la citada comparación con el 2017. Pero Gimeno, a ratos impasible y a ratos sonriente, negó la mayor, y no solo afirmó que las cuentas públicas no se resentirán, sino que aludió a un aumento de ingresos de 140 millones de euros del Estado, según esos cálculos e «informaciones» que rara vez detalla en sus comparecencias.

INVERSIONES

Gimeno, con espíritu tecnócrata, centró su optimismo en que, sabiendo su límite de gasto («parecido a los 6.162 millones de euros del año pasado»), y conociendo (o estando a pocos días de conocer) los ingresos, en función de si se aprueban o no los Presupuestos Generales del Estado, la estabilidad está asegurada, y ya están trabajando con una estimación de las cuentas aragonesas cargadas en el sistema informático del Gobierno de Aragón y en el nuevo sistema de contabilidad.

Reconoció, en la parte final y menos irónica de su intervención, que el problema de no elaborar unos presupuestos nuevos es que no se pueden establecer «prioridades políticas». Pero ni siquiera afectaría a la inversión.

Según enumeró, en primer lugar cuenta con la posibilidad de llevar a las Cortes las modificaciones de crédito que requiera, y no dejó pasar la oportunidad de recordar que «la semana pasada me aprobaron ustedes 60 millones de euros», en referencia a las partidas aprobadas por unanimidad en el pleno para pagar el aumento de sueldo de los funcionarios, las bajas y las elecciones.

Una aprobación de las Cortes que, según dijo, es la única comunidad autónoma en la que es necesaria. «Pero me parece bien, porque somos un Gobierno en minoría», añadió. Y así, si no se aprueba una modificación, cada cual que explique por qué no la ha votado. «Ya contestarán si quieren hacer un hospital o un instituto», expuso.

La otra baza de Gimeno es la posibilidad legal de realizar inversiones nuevas si se consideran «urgentes y de interés público». Al respecto, Antonio Suárez le afeó que no dijese que para aprovechar esta posibilidad legal antes tiene que tener cuanto menos un anteproyecto de ley de presupuestos, que no ha presentado.

APLAZAR

Pero el consejero Gimeno explicó, en cualquier caso, que lo que haría con esta posiblidad es tramitar la ejecución del expediente para que, con un presupuesto aprobado, se pagase. Un concepto que la oposición definió más gráficamente como «dejar el marrón al próximo Gobierno» o «chapucear».

Los últimos argumentos de Gimeno a la hora de explicar por qué lo que en el 2017 era malo ahora no lo es, fue que «el ciclo inversor está maduro», de forma que lo que a comienzos de la legislatura dificultaba emprender proyectos sociales, escuelas u hospitales, ahora no afecta tanto por que el gasto social ya está garantizado en las cuentas y los proyectos constructivos ya están en ejecución. Y también que las tramitaciones anticipadas de gasto desde mediados del año pasado ya estaban pensadas para este escenario.

En la oposición, Antonio Suárez le reprochó a Gimeno que el Gobierno es «el único responsable de que no haya presupuestos», al no querer pactar ni a derecha ni a izquierda; Elena Allué negó que con la prórroga se puedan afrontar las inversiones y Javier Martínez, de Ciudadanos, afirmó que el consejero «no se atreve» a presentar el anteproyecto de presupuestos porque descubriría los «recortes» propios de un alto gasto sostenido.