"Los gitanos somos el pueblo invisible. Un millón de españoles no tenemos representación real en las instituciones, ni estamos en el mundo de la cultura ni en los medios de comunicación. Sólo somos visibles por el aspecto y la forma de vida", dice Agustín Vega Cortes, de 48 años y secretario general de Alianza Romaní, un partido gitano que se creó el pasado mes de marzo con vocación de someterse al voto de las urnas y que hoy se presenta en Zaragoza.

El nuevo partido tiene sus referentes en varios países del Este, como Rumanía, Hungría, Bulgaria, Eslovenia y la República Checa, aunque es el primer ensayo en Occidente. "Queríamos presentarnos a las europeas, pero crear un partido es más complicado de los que creíamos. Ahora pensamos en las municipales del 2007", dice Vega, que hizo sus primeras armas políticas en el PCE e IU.

Acaso no le falta razón cuando dice que los políticos sólo se acuerdan de los gitanos cuando hay campañas electorales y afirma que el elevado apoliticismo de los gitanos es para ellos una forma de defenderse.

En opinión de Vega, si existe una comunidad en España que cumpla todos los requisitos para que se le pueda calificar como minoría étnica es el pueblo gitano. "Sólo se nos ve como un grupo desfavorecido al que hay que aplicar políticas sociales, pero mientras no recibamos un tratamiento como sujeto político seguiremos siendo una comunidad marginal" explica.

Considera que la única diferencia entre el pueblo vasco o el catalán y el pueblo gitano es la territorialidad. "Pero que no nos agrupemos en un espacio determinado y estemos en toda España no significa que no podamos reclamar un reconocimiento institucional. Un pueblo no puede estar representado sólo por asociaciones y ONGs", dice.

Los promotores de Alianza Romaní tienen vocación de partido étnico y saben que serán minoritarios, "pero también queremos manifestar nuestra capacidad para plantear propuestas que atraigan a los no gitanos y para dialogar con otros partidos. Somos españoles y tenemos el mismo Rey y el mismo Gobierno. No queremos que se reconozca nuestra diferencia para ser diferentes, sino iguales", añade Vega.