El 1 de junio comenzó en Aragón, con 15 días de antelación, la fase III de la campaña de prevención y lucha contra incendios forestales, la más crítica de todas, con idénticos medios materiales y personales y presupuesto en un año de mayor riesgo, sobre todo en zonas de Teruel y la Ibérica.

Así lo ha asegurado el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, quien ha recalcado que la prevención y extinción de incendios goza de "prioridad absoluta" para el ejecutivo aragonés, ya que es "la única línea del departamento que no ha sufrido recortes" y que mantiene "del orden de 13 millones de euros" de presupuesto.

En total, el operativo está compuesto por 1.255 efectivos, nueve aeronaves y ocho helicópteros, además de la estrecha colaboración con otras unidades, como las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Daroca (Zaragoza), los aviones anfibios de la Base Aérea de Zaragoza, así como con diputaciones, comarcas, ayuntamientos o la Unidad Militar de Emergencias (UME) si fuera necesario.

Las cuadrillas forestales, compuestas por grupos de entre cinco y nueve trabajadores, están divididas en 62 terrestres y ocho helitransportadas, a las que se unen 39 vehículos autobombas (10 en Huesca, 10 en Zaragoza y 19 en Teruel).

Asimismo, el despliegue cuenta con 80 puestos fijos de vigilancia en toda la Comunidad (24 en Huesca, 20 en Zaragoza y 36 en Teruel).

En cuanto a la prevención, destacan la apertura de cortafuegos en una superficie total de casi 850 hectáreas, el mantenimiento de otras cerca de mil hectáreas de antiguos cortafuegos y campañas de concienciación, como la que ha promovido el Gobierno de Aragón con la colaboración de la Fundación Mapfre y que ha llegado a más de 2.500 escolares.

El riesgo, no obstante, no es el mismo en función de la zona, debido sobre todo a la irregular distribución de precipitaciones a lo largo de los últimos meses.

Así, mientras la mitad norte y la mayor parte del Aragón oriental presentan unos niveles de precipitación dentro de la media, algunas comarcas turolenses, como el Jiloca, la Comunidad de Teruel, Gúdar-Javalambre y las zonas bajas de la Sierra de Albarracín, a las que se une la Ibérica zaragozana, se encuentran en una situación de mayor riesgo por el déficit hídrico.

Además, las temperaturas en los últimos meses han excedido la media histórica en unos tres grados, por lo que ha contribuido a la sequedad del combustible forestal, que es también un factor de riesgo para los incendios.

Por tanto, el riesgo es sensiblemente mayor que en 2013, que por otro lado fue uno de los años más benignos en cuanto a incendios de las últimas décadas, y así se ha plasmado en los datos acumulados hasta mayo de 2014.

En total, se han quemado casi 240 hectáreas de superficie forestal en 212 incendios declarados -frente a los 73 incendios y 165 hectáreas del año pasado-, la mayoría de ellos -113- en la provincia de Zaragoza y de pequeño tamaño -sin superar las 10 hectáreas-.

La principal causa de los incendios forestales continúa siendo la negligencia humana y los accidentes, con un 60 por ciento hasta mayo, la inmensa mayoría por quemas agrícolas, mientras los fuegos intencionados suponen el 16 por ciento y las causas desconocidas otro 15 por ciento.

Por ello, Lobón ha incidido en la prevención, porque lo preferible es "no tener que llegar a extinguir", y en la estrategia del "pronto ataque", por su mayor eficacia a la hora de apagar los fuegos.

De este modo, el Gobierno de Aragón ha reiterado su llamamiento a los ciudadanos a que eviten hacer fuegos en el monte, tiren la basura donde corresponde, no arrojen colillas o elementos incandescentes y avisen inmediatamente al 112 o a la autoridad más cercana cuando vean un incendio; y a los agricultores y ganaderos, a que quemen con seguridad, cuando no sople el viento e, incluso, usen alternativas al fuego.