Primero la dejaron a cero; ahora directamente la han eliminado. La partida para infraestructuras de la Universidad de Zaragoza ni siquiera aparece en el presupuesto de la comunidad para el 2015. El año pasado al menos aparecía nominalmente, aunque fuese sin dotación. En este se ha dado un paso más, lo que ha generado "malestar" en el rectorado, que durante estos días está estudiando las cifras presentadas por el Ejecutivo. "Es más de lo mismo", dijeron ayer fuentes del campus público.

Las tiranteces entre Gobierno y rectorado, lejos de solventarse van camino de agravarse y hacerse crónicas. A la Universidad de Zaragoza no le ha gustado nada el presupuesto que se destina a la institución para el 2015. La transferencia básica se mantiene en 152 millones de euros, incluyendo los complementos salariales del profesorado. Los responsables del campus explicaron a este diario que no entienden cómo se pueden hacer unas cuentas de estas características al mismo tiempo que se negocia un acuerdo de financiación. Entienden que no existe voluntad de mejorar la situación. "Vamos a tener medio millón de metros cuadrados de edificios sin un euro de inversión", manifestaron.

El PP, muy crítico con el anterior Gobierno del PSOE, cuando llegó al Pignatelli en el 2011 prometió mejores inversiones en la universidad. Sin embargo, no se ha dado ni un solo paso. La transferencia básica se ha mantenido y el plan de infraestructuras ha desaparecido. Los problemas que arrastra el campus de San Francisco en facultades como la de Filosofía y Letras no se van a resolver a corto plazo. Y las negociaciones entre la DGA y el rectorado, de momento, no dan frutos. "¿Cómo podemos negociar con este tipo de presupuestos?", se preguntaron ayer desde la institución.

El rector de la universidad, Manuel López, ya ha denunciado la situación que atraviesa el campus en repetidas ocasiones. Una hace solo unas semanas en las Cortes. La última partida con la que se contó para infraestructuras fue en el 2013 y ascendió a solo 3,6 millones. En el ejercicio actual no hubo ni un euro, y en el siguiente se repetirá la situación. El rectorado ya ha amenazado en varias ocasiones con la posibilidad de que se tengan que cerrar facultades ante la falta de fondos. El Gobierno ha ido incumpliendo todos sus compromisos. A las deudas que ha arrastrado esta legislatura con la institución académica, se suma que se ha hecho caso omiso a las promesas: se dijo, por ejemplo que las obras de Filosofía y Letras comenzarían en el 2014. De momento, no se ha puesto ni una piedra.