El Gobierno de Aragón tiene buenas razones para potenciar la celebración y cuidar la seguridad de los campamentos de verano. Concretamente, un impacto económico que calcula en ocho millones de euros. Es el montante que estiman que recibirán los negocios de los municipios donde se celebran, contando con los honorarios de las empresas de aventura que organizan las actividades de turismo activo, los establecimientos de hostelería o tiendas de comestible o los alquileres de terrenos e instalaciones, entre otros conceptos.

Por ello, en los últimos años han potenciado los mecanismos de coordinación entre los estamentos y consejerías --fundamentalmente Sanidad y Política Territorial-- encargados de la actividad. De ahí que este año, por primera vez, se incluya al Instituto Aragonés de la Juventud en el programa Montañas Seguras, como también lo ha hecho Aramón. Se unen así los dos máximos exponentes de las organizaciones que sacan rendimiento a una de las joyas turísticas de la comunidad, como es la montaña. Esta inclusión ha cristalizado en varias actuaciones.

Fundamentalmente, según explica la coordinadora del programa, Marta Ferrer, han seguido dos líneas de trabajo. La primera, ya finalizada, ha consistido en la celebración de 12 actividades en otros tantos campamentos de las tres provincias, escogidos por su poca experiencia o por tratarse de grupos especialmente numerosos. En ellos se han organizado juegos para que los menores aprendan a preparar de forma adecuada una mochila para salir de excursión, se han realizado simulacros de accidentes o se han mantenido reuniones con los monitores para ver su planificación.

NOTIFICACIONES La segunda rama de actividades ha consistido en 160 asesoramientos a campamentos. Este año se ha mejorado la ficha de anexo de la notificación de los campamentos, que además de incluir datos sobre los participantes, la ubicación, el personal o el protocolo de evacuación, también permite detallar las actividades que se piensan realizar en ellos.

"Nosotros no tenemos potestad sancionadora", insiste Ferrer, "pero sí les podemos indicar qué nos gusta y qué no. Sobre todo les recomendamos que no planifiquen actividades demasiado duras para niños, y que recorran el terreno previamente a que se vaya a celebrar la actividad. De hecho, cuantos menos días antes lo hagan mejor, porque en la montaña las condiciones del terreno cambian y no te puedes fiar de que ya conozcas una ruta porque la hiciste una vez hace años. Nos hemos encontrado algún caso de este tipo", explica.

El departamento ha recibido 300 notificaciones de actividades y ha llamado a 160 de ellos para que repensaran el programa. "La mayoría de los campamentos lo hace muy bien, pero la seguridad al final depende de nosotros mismos. Los monitores forman a los montañeros del mañana, por eso su labor es tan importante", concluye Ferrer.

En cuanto a Protección Civil, cuyas agrupaciones también colaboran en la revisión de las condiciones del campo o de algunas instalaciones, el jefe del servicio, Miguel Ángel Clavero, destaca la prevención. "Quincenalmente nos envían previsiones de activiades y organizamos simulacros. Mi única recomendación sería que usen material de calidad, que ahorra problemas", explica.