Las actuaciones urbanísticas como la creación de aparcamientos o plazas llevaron a la desaparición de los tradicionales gorrillas en solares próximos al estadio de La Romareda o al hospital Clínico de la capital aragonesa. Pero aún perviven los que están asentados en el descampado de Vía Univérsitas, frente a las dependencias de la Jefatura Provincial de Tráfico en Zaragoza. Una actividad ilegal que subsiste, a pesar de los continuos controles por parte de la Policía Local.

De hecho, el pasado año finalizó con una decena de sanciones a estas personas por aplicación de la ordenanza de actividades comerciales e industriales en terrenos públicos. Fuentes de la Policía Local reconocen que es el último paso que se adopta, ya que, previamente, se realiza una labor de asistencia social.

Y es que, tal y como reconocen, los gorrillas «sobreviven» realizando esta labor y no cuentan con un patrimonio con el que poder responder ante el incumplimiento de abono de estas multas. Las sanciones que prevé la normativa municipal oscilan entre los 30 y los 60 euros, si bien la situación se agrava si persiste esta actividad y llegan a acumular tres sanciones. En este caso, se aumenta el correctivo a 120 euros por reincidencia.

SIN NORMATIVA

La capital aragonesa aplica esta ordenanza municipal, más propia de los mercados ambulantes que de la actividad de los aparcacoches ilegales, debido a que, a diferencia de otras ciudades, la presencia de estas personas no se ha extendido en Zaragoza.

No obstante, se les suelen aplicar dos artículos: el 7, que regula que «no podrá ejercerse en la vía pública, plazas, parques u otros terrenos de uso público actividad comercial o industrial alguna sin licencia municipal» y el 14, que prohíbe «realizar solicitudes de donativos, cuestaciones o actividades similares, destinadas a la obtención de lucro o ganancia o, en general, a la recaudación de fondos, sin contar con la previa autorización municipal, la cual tendrá en todo caso carácter discrecional».

DONATIVOS

Estas mismas fuentes consultadas destacan que no se han llegado a producir detenciones hasta el momento, debido a que no se han presentado denuncias por coacciones o por daños realizados en turismos de conductores que han rechazado pagar a estas personas que actúan de improvisados aparcacoches.

La actividad que llevan a cabo se produce siempre en los días laborales y en horario de oficina. Este solar situado en vía Univérsitas es de los últimos atractivos para los gorrilas que quedan en la ciudad, según otras fuentes consultadas, ya que se encuentra en las inmediaciones del hospital Clínico, donde se reciben muchas visitas, así como las oficinas de la Jefatura de Tráfico, lugar muy frecuentado por los conductores.

Los clientes de estos aparcamientos improvisados no cuentan con una tarifa fija, a diferencia de otros de la zona, si bien la mayoría de personas decide entregar como contraprestación la cantidad de un euro. No hay límite horario.