Unas obras de asfaltado en la carretera de Logroño causaron ayer un monumental atasco en la N-232, en las inmediaciones de Zaragoza. Las retenciones llegaron a alcanzar los tres kilómetros, según fuentes de Tráfico, y los vehículos se mantuvieron prácticamente inmóviles durante tres horas.

Según las citadas fuentes, la complicación derivó de unas obras de reasfaltado de la vía, para las cuales los operarios cortaron dos de los tres carriles que, en algunos tramos, tiene la vía. El cuello de botella que se formó a la altura de la obra fue acumulando coches en la N-232, a los que se sumaron los que querían incorporarse desde la Feria de Muestras, en dirección a Logroño. La incidencia se detectó sobre las 11.00 horas, pero se prolongó hasta las 13.00 horas.

ACCIDENTE La situación se vio agravada por un accidente por alcance, sobre las 12.45 horas, cuando un Renault Megane, al parecer sorprendido por el colapso, chocó con un Opel Vectra que le precedía. Aunque el conductor del primero parecía tener algún tipo de lesión en el brazo, ni a Tráfico ni a la Guardia Civil les constaba ningún accidente con heridos derivado del atasco en la carretera de Logroño, según aseguraron. No hubo ningún traslado al hospital, al menos.

Tras el choque, los vehículos que llegaron después quedaron cruzados en la vía, aunque una hora después, tras tomar el control de la situación los agentes de Tráfico, la circulación volvió a ser fluida en la zona.

Dos horas después, en torno a las 17.00 horas, los operarios terminaron los trabajos de reasfaltado y la normalidad volvió a la N-232, donde muchos zaragozanos perdieron buena parte de la mañana de ayer.