Las dificultades en el transporte de la máquina de gran tonelaje encargada de demoler parcialmente el puente desestabilizado por el movimiento de un talud de la ribera del Ebro, entre Quinto y Gelsa, obligaron a retrasar hasta hoy el inicio del derribo. La máquina no llegó a las inmediaciones del paso a nivel afectado hasta las cuatro y media de la tarde, por lo que los expertos prefirieron retrasar el inicio de los trabajos hasta hoy para poder contar con la luz del día.

Según indicaron in situ algunos de los operarios que se encargarán de derribar el puente, esta operación, a pesar de su aparatosidad, es relativamente sencilla. "La cizalla del brazo articulado cortará las vigas de la plataforma hasta dividir el puente en dos, en un lado quedarán los dos pilares que han resultado dañados y por otra, la estructura que no ha sido afectada, y que por lo tanto se mantendrá en pie", explicó uno de los trabajadores.

La principal duda se cierne sobre si la parte del puente que está sustentada por los dos pilares dañados se mantendrá o, por el contrario, se vendrá abajo. En cualquier caso, según los expertos, ninguna de las dos opciones supondrá un problema para el desarrollo de los trabajos. "Si se mantienen los pilares de pie habrá que tirarlos, y si no, eso que nos ahorramos", explicó un operario.

Durante la tarde de ayer, los técnicos de la empresa Mariano López Navarro, concesionaria de las obras, prepararon todo para iniciar los trabajos a primera hora de hoy e incluso pegaron sus logotipos en la gran cizalla contratada a la empresa San Juan, de Villanueva de Gállego.

Por otra parte, varios concejales del PP de la zona se reunieron ayer para denunciar que no se ha convocado ninguna reunión desde la comarca para tratar de buscar soluciones conjuntas, en lugar de "salir tanto en los medios".