Según el presidente de la CEZ, Ferrer Dufol, dado que siguen adelante con el trasvase, al menos deberíamos vender cara el agua. ¡Por favor! ¡Qué ingenuidad! El PP está comprando votos levantinos con el Ebro como pago diferido, pero en realidad ese trapicheo no es sino una monumental estafa; una trapisonda electoralista y especulativa montada sobre mentiras y que de rebote propone un extraordinario negocio a las grandes constructoras, que ya se ofrecen a adelantar los trabajos y cobrarlos después. Dicho truco permitiría soslayar las reticencias europeas a financiar la trapala hidrológica del Gobierno Aznar e ir abriendo un camino sin retorno porque, una vez adjudicadas, las obras se cobrarán más tarde o más temprano. ¿Que luego no sirven para nada las tuberías, estaciones de bombeo y canales? Mejor. Así no pasará como con las líneas del AVE, que al ponerlas en marcha han salido a relucir todas las chapuzas.

El trasvase, rechazado parlamentaria y programáticamente por la práctica totalidad de la oposición, enfrentado a los gobiernos de Aragón y Cataluña y situado bajo sospecha en las instituciones comunitarias, fue primero un imposible técnico y medioambiental que ahora ha derivado en un desatino político y financiero. Pero a la ministra Rodríguez todo eso le da igual. Cuando estos días se ha dicho que la señora podría ser cabeza de lista del PP por Murcia, el tema ha entrado no sé si en lo pornográfico (como dice Iglesias) pero sí en lo escatológico.

¿Vender? No hay nada que vender, salvo invenciones y promesas absurdas. Pero eso ya lo mercadean ellos por su cuenta. Es como en el toco mocho . Estos días veo las imágenes de Marte que envía el Spirit , compruebo que aquel planeta es un erial peor que los Monegros y me echo a temblar, pues lo mismo nuestro gran José María le ofrece a Bush agua del Ebro para un presunto trasvase interplanetario. Los marcianos no votan (al revés que los murcianos); pero el negocio sería fabuloso.