Las grandes firmas también subieron la persiana de algunos de sus establecimientos, reduciendo los espacios accesibles por los clientes para cumplir con la normativa que establece no superar el límite de los 400 metros cuadrados.

Este lunes, en la entrada de algunas de ellas, se produjeron largas filas, y en su interior, se tomó un estricto protocolo se seguridad y prevención, como la desinfección con gel hidroalcohólico y la indicación de marcas en la superficie para establecer la distancia entre clientes.

Así ocurrió por ejemplo en tiendas del grupo multinacional español Inditex en el centro de la ciudad, como Bershka y Zara. En esta última se adecuaron las instalaciones a la capacidad permitida, con imposibilidad de acceder en este caso a la planta baja. El aforo limitado al 30%, provocó que los presentes tuvieran que esperar a la salida de otros para poder entrar. Y para controlar este tránsito, una de las trabajadoras se ocupaba de avisar, recordando las normas a cumplir. También los establecimientos insistieron en las reglas por megafonía.

Asimismo se produjeron colas para acceder a Bauhaus. Otras dos grandes cadenas abrieron en Gran Casa y Fnac tuvo clientes en su tienda en Plaza España.

Decathlon aseguró que la salud de sus empleados y clientes es su prioridad, por lo que «se han tomado medidas de prevención y limpieza extraordinarios» en todos sus puntos de venta. Esta firma también está disponible en Puerto Venecia, complejo donde abren aquellos establecimientos que están fuera del perímetro, pero no los de dentro del centro, que permanece cerrado. Esta gran superficie informó que se toman más de 50 medidas para la próxima apertura, como el control de aforos, nuevos protocolos de limpieza y desinfección o formación en seguridad y protección a todo el personal.

También están cerradas las instalaciones de El Corte Inglés, donde se rigen por «la prudencia» y están a la espera de la decisión que tome el Gobierno central para poder abrir. Allí, está disponible el supermercado y la parafarmacia y en Paseo de Sagasta se abrió el lunes la zona de marroquinería. A los empleados de El Corte Inglés se les toma la temperatura al comenzar cada día la jornada laboral, llevan la protección necesaria y guardan la distancia de seguridad, no solo con el cliente, también entre ellos.

La marca Sfera, con acceso desde el Paseo de la Independencia, limitó las zonas también para ajustarse a los 400 metros cuadrados y se dispuso de gel en la entrada y en otros puntos. Si por ejemplo un cliente quería un artículo de una zona sin acceso, se la cogía y entregaba la dependienta. También se indicaron las direcciones del recorrido según el lado de la tienda. Además de todas las medidas de higiene, cuentan con un área específica para desinfectar las prendas que han sido probadas en un cuarto habilitado. Las empleadas van equipadas todo el tiempo con mascarillas y guantes y guardan la distancia de seguridad con los clientes.

Fuentes de la tienda indicaron que tuvo bastante afluencia de público y afirmaron que «la gente tenía ganas de comprar», por lo que valoran positivamente la vuelta de su actividad.