Las fuertes tormentas que sufrió ayer el Matarraña causaron graves daños, aún por evaluar, en los cultivos y algunas localidades de la comarca. La lluvia y el granizo se cebaron especialmente en Monroyo y Fuentespalda: en la primera localidad el aguacero descargó 110 litros por metro cuadrado, 79 de ellos concentrados en una hora; en la segunda, el pedrisco destrozó tejados y ventanas.

Según fuentes municipales, en Monroyo el aguacero, combinado en algunos momentos con el granizo, causó algunos derrumbes en muros y calles, además de las lógicas inundaciones en los campos.

En Fuentespalda, la situación que describía la alcaldesa, María del Carmen Agud, era desoladora. "En casi todas las casas la piedra --de hasta cuatro centímetros de diámetro-- ha dañado claraboyas y cristales, ha roto y atascado desagües, antenas, el cámping está inundado, los árboles, destrozados", explicaba. "Habrá durado diez minutos, pero ha sido horrible", resumía, según los testimonios de los vecinos. "Ha dejado siniestro total algunos coches", añadió la primera edil de la localidad.

El agua también inundó garajes, como el del propio ayuntamiento, y el tanatorio de la localidad. Los daños en los cultivos intentarán evaluarlos hoy. "Heridos no ha habido, gracias a Dios, pero nos da miedo el verano, entre las tormentas y los incendios", lamentaba.

De hecho, en varias zonas de Teruel estaba activada ayer la alerta roja por riesgo de incendios forestales, pero no se produjo ninguno de entidad. Los avisos, por contra, llegaron del caudal de los ríos, particularmente del Tastavins en el Matarraña, por la citada tormenta. Esta también causo algunos daños en otras localidades de la comarca como Fórnoles, La Fresneda o La Portellada, aunque de menor entidad, según fuentes consultadas.

La Guardia Civil indicó que, pese a la intensidad con la que cayó el pedrisco y la lluvia, no hubo que evacuar ni atender a ninguna persona por la tormenta. Tampoco constaban cortes duraderos de carreteras por ella en la zona.